
Eduardo Redondo.
Hasta el barrio de Montecarmelo viajamos esta semana para visitar el Colegio Santa María La Blanca. Un centro recién llegado a los Juegos Deportivos de Escuelas Católicas de Madrid (ECM) que en su segundo año en la competición ya ha conseguido una medalla de oro. Allí nos recibe Alejandro Antón Galán, coordinador de deportes, para hablar de su proyecto, de su manera de trabajar y de los objetivos del club. El equipo Alevín ‘A’ de fútbol sala de su colegio se acaba de proclamar campeón de la categoría, después de una gran temporada que tanto sus jugadores, como su entrenador han disfrutado al máximo.
“Esta es la segunda temporada del colegio Santa María La Blanca en la competición de Escuelas Católicas de Madrid (ECM). Tenemos cuatro equipos de fútbol sala inscritos: tres alevines y un infantil. Sin embargo, el volumen de alumnos practicando deporte en el colegio es muy grande, teniendo en cuenta que somos un centro con casi 2.500 alumnos. Además de en esta competición, participamos a nivel Federado en gimnasia rítmica, jugo y jockey. Por otro lado, también tenemos equipos inscritos en los Juegos Municipales en las modalidades de fútbol sala, baloncesto y voleibol. El año pasado decidimos dar el salto a esta competición porque pensábamos que podía mejorar lo que teníamos. Otro motivo para tomar esta decisión fue que esta competición entiende el deporte de la misma manera que nosotros, como una herramienta para transmitir valores. La verdad que sentimos que la decisión fue muy acertada y estamos muy satisfechos. Nuestra idea para el futuro es seguir incorporando modalidades deportivas a esta competición. El año que viene tenemos previsión de inscribir varios equipos de voleibol que tienen buen nivel. No queremos cambiar todo el deporte, pero sí dar algo más a los equipos con compromiso”, explica Alejandro, coordinador de Santa María La Blanca.

Después de muchos años participando en otras competiciones, un cambio total podía parecer muy arriesgado. Por este motivo, en su año de debut inscribieron dos equipos que en su segunda temporada han sido cuatro. “Tengo varios compañeros que conocían la competición porque han sido jugadores en sus colegios. Me hablaron muy bien de la organización y, viendo el nivel de los últimos años de los Juegos Municipales, decidimos buscar una alternativa. En las últimas temporadas ganamos tanto liga, como copa en todas las categorías. Además, a las finales siempre llegábamos con dos equipos del colegio. El año pasado éramos debutantes y no sabíamos cómo funcionaba. Sin embargo, este año ya lo conocemos todo y la verdad es que la experiencia está siendo muy buena. La competición tiene ese carácter de organización que se asemeja mucho a las ligas profesionales con partidos fuera de tu colegio y partidos en casa. El nivel deportivo y el compromiso de los equipos está muy bien y, una cosa que me gusta destacar, es el formato de juego diseñado que iguala por niveles a todos los equipos en la segunda fase de la temporada. Esto permite a los equipos más fuertes pelear por las medallas y a los más flojos seguir progresando y mejorando ante rivales de su mismo nivel”, reconoce.

Hablando de educación y de valores, en Santa María La Blanca poseen un decálogo común para todos sus equipos. “En el colegio tenemos un decálogo de valores en el que figuran los principios del centro. También incluye los objetivos de la temporada y las cosas que queremos fomentar: el compañerismo, el esfuerzo, el sacrificio, el respeto al compañero, al rival, a los entrenadores y a la autoridad (árbitros). Este decálogo se realiza junto con los alumnos y se entrega a todas las familias para que lo firmen. Es un decálogo al que nos comprometemos todos: jugadores, familias y, por supuesto, el cuerpo técnico. Estas acciones se intentan llevar a cabo en el día a día”, asegura.

“Creo que la educación y el deporte son dos aspectos de la vida que no pueden existir el uno sin el otro. Esta es mi forma de ver la vida: no entiendo el deporte sin educación, ni la educación sin los valores que aporta el deporte. En edades de formación, el deporte te marca para el resto de tu vida. Marca tu personalidad, tu forma de ser y la forma de afrontar muchas situaciones. Los entrenadores, aunque pueda parecer lo contrario, somos una parte fundamental de la educación de los alumnos. Nos convertimos en sus referentes y tenemos que ser un ejemplo. Si en tu centro educativo tienes la posibilidad de combinar estos dos aspectos, creo que es algo muy beneficiosos”, añade.

Los encargados de transmitir estos valores son los delegados que pasan muchas horas a lo largo de la semana con los alumnos hasta forjar grandes relaciones. “Nosotros tenemos como requisito indispensable que nuestros entrenadores tengan el curso del deporte que practican. También valoramos los títulos de técnico en TAFAD, TESEA, Grado Superior en INEF o magisterio de Educación Física. Todos nuestros entrenadores son titulados, pero también buscamos que tengan un trato especial con los alumnos o que tengan algo de experiencia trabajando con niños”, expone.

A pesar de ser unos recién llegados a los Juegos, Alejandro propone un cambio a la organización. “Como novatos en la competición, este año hemos pagado el pato de una norma que no conocíamos y que dice que, si expulsan a un entrenador, el equipo pierde el partido por 10-0. Entiendo la norma y lo que busca, pero no estoy muy de acuerdo porque todos somos humanos y nos podemos equivocar. Tanto los niños, como los entrenadores y hasta los árbitros. Me parece demasiado castigo para los niños que, al final, son los perjudicados. Nos resultó muy difícil explicarles por qué habían perdido un partido que, en la pista, habían ganado. Pero insisto, entiendo el carácter de la norma, aunque el castigo me parezca exagerado. Creo que se podría buscar una alternativa que no castigue a los jugadores y sí a los delegados que no respeten los valores de la competición”, sugiere.

Hablando de su trabajo en el día a día, el coordinador reconoce la importancia de pertenecer al centro para realizar sus labores de la mejor manera posible. “Creo que es muy importante pertenecer al centro de la manera que sea. En mi caso, he sido profesor, pero este cargo no es imprescindible. Ahora, por el volumen de trabajo que tengo sería imposible compaginar el día a día de las clases con el deporte. Lo que sí considero importante es conocer la idiosincrasia del centro, a los profesores, a los alumnos y a sus familias. Esto te permite trabajar con más conocimientos, tomar mejores decisiones y, sobre todo, seguir la línea educativa del centro”, explica.

Para terminar, Alejando nos habla del Club que gestiona las actividades deportivas. “Cuando los alumnos y las familias hablan de La Blanca Sport Club pienso que se sienten muy representados. Lo que busca el club es que sus integrantes se sientan parte del colegio en cualquiera de sus ramas, que se sientan parte de la familia. La mejor manera de hacerlo es representando a tu equipo del colegio por todos los campos de Madrid. Nos gusta fomentar ese sentimiento de pertenencia al centro y que cuando un equipo esté jugando una final o un partido importante, sus compañeros vengan a animar y a apoyar, independientemente del deporte o la disciplina”, concluye.
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