Por supuesto, eso no va a ocurrir. Como a unos nazis se les ocurriera montar un acto como el de la confraternizacion etarra de ayer, se van a la cárcel. Ellos y el alcalde de Bayona por permitirlo y apoyarlo. Pero como la fiesta era etarra, los franceses la han permitido encantados, y con varios proetarras internacionales, ‘verificadores’ se autotitulan, apoyando el acto de propaganda etarra.
ETA como organización terrorista está derrotada, cierto, pero no su justificación y su propaganda. También los nazis fueron derrotados, pero con ellos también fueron derrotadas su justificación y su propaganda. Esa es la diferencia, la enorme diferencia. La que hace inimaginable una fiesta nazi en un país democrático, y con colaboración del ayuntamiento incluida. Y que permite, sin embargo, una fiesta etarra. Nauseabundo.
Escribí esta semana en ABC papel que otros países como Francia y Bélgica han condenado a cárcel por determinado tipo de humor, como aquí a Cassandra (“Los chistes en Francia y en España”), pero también conté que esas condenas se habían producido porque el “humor” en cuestión era humor antisemita y que otro gallo cantaría si el humor fuera proetarra. Ya sabemos cuál es la lamentable y vergonzosa historia de Francia respecto a ETA. Ayer asistimos al último episodio. Una fiesta etarra en un país democrático. Vomitivo.
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