Por Pilar Quijada
Mejor atención, cognición, sueño y recuperación del estrés. Son algunos de los beneficios para la salud mental que nos aporta pasar tiempo en la naturaleza, y se aplican a todos los sectores demográficos y socioeconómicos de la población. Cada vez más artículos en revistas científicas destacan las ventajas pasear por un bosque, de sumergirse en un “baño forestal”. Unos beneficios que “no tienen precio”. ¿O sí?
Pues parece que sí, según un artículo publicado en Nature Communications, que ha puesto precio a esa sensación de bienestar que nos inunda y que se traduce en los beneficios antes citados.
Los parques nacionales podrían proporcionar un valor económico de alrededor de 6.000 millones de dólares al año en todo el mundo por la mejora que provocan en la salud mental de sus visitantes.
Estos datos se basan en cálculos de estudios piloto y se requiere un análisis más detallado para afinar más las estimaciones, advierte el autor, Ralf Buckley de la Universidad Griffith en Australia.
Buckley y su equipo se propusieron calcular el valor económico de los beneficios para la salud de los Parques Nacionales. Utilizando un concepto llamado años de vida ajustados por calidad, que mide la capacidad de una persona para llevar a cabo las actividades de la vida diaria sin dolor ni trastornos mentales, estimaron el valor económico de los parques nacionales utilizando datos recopilados de una muestra representativa de la población australiana en los estados de Queensland y Victoria, compuesta por 19.674 personas.
Utilizaron estos datos para estimar el valor para toda Australia y también a nivel mundial. Los investigadores encontraron que había un vínculo directo entre las visitas a áreas protegidas y la salud mental individual. Para Australia, estimaron que el valor de los “servicios de salud” de los parques nacionales era de unos 00 mil millones de dólares al año.
Unos “servicios de salud” naturales que se estiman por contraposición a los costes económicos de la mala salud mental, que incluye tratamiento, atención y productividad reducida en el lugar de trabajo. Sin contar con el sufrimientos personal que producen en quienes los padecen y su entorno familiar.
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