Ha nacido para ser un campeón que hará historia junto a Valentino y Agostini. Suma tres Mundiales de MotoGP, cinco en total, y persigue el cuarto entorchado de la cilindrada reina. Se llama Marc Márquez y en Valencia volverá a jugarse una corona en la última carrera. Es su destino. Pero solo los grandes saben solventar estas situaciones con éxito. Es la diferencia con el resto de los mortales.
Marc ya ha ganado algún título de MotoGP en la última prueba. Sucedió en la carrera de Cheste hace cuatro años. Superó a Lorenzo en esa cita final y celebró su primer cetro al más alto nivel. La temporada siguiente, 2014, fue la de su confirmación en la máxima escala. En 2015 fue Jorge Lorenzo quien venció a Rossi en Valencia. El año pasado vimos de nuevo a Márquez dominando la situación en Motegi para adjudicarse el tercer título. Ahora tendrá que demostrar otra vez su valentía y esa capacidad de asumir riesgos en la prueba decisiva. Es lo que hará. Solo los líderes pueden lograrlo. Es un triunfador mental. Con quedar entre los diez primeros es suficiente para ser proclamado Champion en dos semanas. Alzamora le enseñó a manejar estas vicisitudes. Es un grande de 24 años.
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