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Jorge Lorenzo y Marc Márquez, en homenaje a Cruyff

Tomás González-Martín el

Barcelonistas confesos, y españoles ante todo, Jorge Lorenzo y Marc Márquez desean ganar el Gran Premio de Argentina para subirse al podio y rendir pleitesía a Cruyff, el hombre que engendró la filosofía del Barça actual. Los dos son seguidores azulgranas y han felicitado a su equipo cuando ha ganado la Champions y la Liga. Los dos son favoritos para vencer en el circuito de Termas de Río Hondo, con Rossi como tercera opción y sombra perenne de ambos.

El primer favorito, está claro, es el mallorquín. Lorenzo ha conseguido plasmar la unidad de sus neumáticos con su Yamaha y demostró en Qatar que es el mejor piloto. Protagoniza la mejor fusión con su montura y con sus nuevas gomas. Lo más importante es el piloto. Jorge es el número uno en carácter, en voluntad, en seguridad en sí mismo, en fuerza mental y en regularidad de rendimiento.

El número 99 no es el mejor piloto en talento técnico, porque no tiene la locura genial de Stoner, de Márquez y del Valentino joven, pero sí es el número uno en el compendio de calidad técnica, trazada, confianza en sí mismo y frialdad para calibrar los riesgos sin caerse. Pocas veces se ha descentrado el campeón vigente por exceso de fogosidad. Márquez no puede decir lo mismo. Ha rodado por los suelos en demasiadas ocasiones por querer ganar cuando el rival era superior, sin saber ser segundo. La ansiedad de Marc es su mayor enemigo.

Valentino ya corrigió ese exceso de fragor antes de ascender a MotoGP y dio lecciones de magia hasta que la Honda irrompible de Hayden cortó su racha en 2007. Luego vino el gran Stoner de Ducati, que repitió con Honda en 2011. Y entonces surgió Márquez, que ascendió a la cilindrada grande en 2013 y obtuvo dos coronas que demostraron su categoría. Lorenzo, siempre regular, ya había triunfado en 2010 y 2012 y el año pasado logró su tercer entorchado al más alto nivel. Ahora persigue el cuarto. Es el hombre a seguir para Marc y Valentino. Lo demostró en el circuito árabe de Losail con su ritmo infernal, constante, insoportable.

Argentina es un examen para Márquez y Rossi en su deseo de frenar el dominio de Jorge. Los dos españoles quieren rendir homenaje a Cruyff en el cajón más alto. El holandés puso al Barcelona como una moto, con cuatro Ligas seguidas entre 1991 y 1994 y la Champions ganada en 1992.

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