Marc, no me mientas más. Llevas seis meses diciéndome que no aspiras al título de MotoGP y lo primero que haces es vencer a Pedrosa, el líder de Honda, y dejar a Nakamoto con la sonrisa del dirigente que sabe que el duelo interno sacará lo mejor de ambos.
Marc, no me mientas más. Tu jefe, Nakamoto, dijo ante ABC en noviembre que esperaba que el novato fuera podio en Qatar y tú no hacías más que negarlo. Llegas a Losail y te subes al tercer cajón, con bandera española encima de tu cabeza y trofeo al ristre.
Marc, no me mientas más. Decías que tú no podías llegar a MotoGP y manifestar desde el primer día que pujabas por la corona. Vas y te colocas tercero en el Mundial el día de tu estreno. Mentiroso compulsivo.
Marc, no me mientas más. Asegurabas que no harías podios hasta el final de campeonato y te desdices a la primera.
Marc, no me mientas más. Hasta Rossi y Lorenzo decían que eras candidato al título. Y tú lo negabas ante sus caras. ¡Qué falta de respeto! Ellos tenían razón. ¡Pídeles perdón!
Marc, pensándolo bien, sígueme mintiendo. Como nunca te creí, me encanta comprobar que yo tenía razón y que tú no. Aunque tú pensabas lo mismo y no lo podías decir.
Marc, la verdad, miénteme todo el año. Si cada una de tus mentiras queda al descubierto en unas vueltas, con una pelea frente a Valentino por el segundo podio, todo merece la pena.
Marc, la verdad, miénteme antes de cada gran premio. Dime que Pedrosa, Lorenzo y Rossi son los favoritos, como siempre has manifestado, y después pégate con ellos y vence a uno. O a dos. O a los tres. Ya te conocemos. Mientes más que hablas. Mientes más que corres. Mentiroso compulsivo.
Marc, la verdad, miénteme mucho. Me encanta. Total, a Emilio Alzamora le has engañado durante tres años y todavía sobrevive. Él te pedía mesura, asegurar un podio, y tú te la jugabas para ganar. Así conquistaste dos coronas mundiales. Que Emilio no se haya quedado calvo, dado el estrés de ser tu director, tiene mucho mérito.
Marc, la verdad, miénteme siempre. Tu forma de pilotar me tiene conquistado. Disfruto cómo me mientes cuando sales a la pista y dejas al mundo con la boca abierta. Arrancas en Qatar, vences a Dani y pones a Valentino al límite. Pero luego continuarás diciendo que no aspiras al título. No me importa, porque tu exhibición me tiene anodadado desde hace tres temporadas. Es un espectáculo constante.
Marc, la verdad, no dejes de mentirme. Eres un genio de la moto. Yo ya me he quedado calvo, así que tus lecciones magistrales al borde de la caída no me harán perder ni un pelo más. Mi corazón, no sé si resistirá. Comsultaré con Alzamora, que sabe mucho de ello. ¿Es mentira?
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