Se estrena una nueva película de Terrence Malick, algo que era un acontecimiento rarísimo hasta hace muy poco tiempo. Yo la vi hace unos meses en el Festival de Venecia, donde chiflaron y patearon sin ningún tiento hacia ese hombre tan peculiar, lunático y genuino con lo suyo. Francamente, si “To the wonder”, que así se titula la obra, la hubiera hecho otro director, por ejemplo Ken Loach o Tarantino, yo sería el último en defenderla (también en chiflar en la sala, cosa que me parece tan incomprensible como chiflarle a un cuadro en un museo o a un libro en la butaca de tu salón…, o al café que te dan en casi todos los bares), pero es que es película tan igual a las películas de Malick y tan llena de ese flujo poético, visual y florido (y en ocasiones brillante, y abrumador, y potente, y elocuente…), que protestarle por ello es como protestarle al Papa que rece un Padrenuestro. Yo soy de los estrafalarios que se quedaron colgados de algunas ramas de “El árbol de la vida”, y soy también el inconsciente que se descubre ante algunos momentos insuperables de “To the wonder”, en los que consigue escanciar sobre la pantalla el sentimiento exacto, etéreo, en el que el proceso químico y sentimental de lo que llamamos “amor” hace su aparición o, también con la misma fuerza e inevitabilidad, su mutis. Entonces, tras los abucheos, escribí esta crónica (crónica desde Venecia de “To the wonder”). No creo que sea una película para los altares, aunque sí he de decir que hay cosas en ella que aún no había captado el cine, o al menos, que el cine no me había hecho captar a mí. Y de hecho, creo que si Malick no hubiera tenido algún raro tipo de recaída lunática durante su creación, y le hubiera quitado forraje místico-mental a algunos de los pasajes, como todo el que interpreta el cura Javier Bardem para perplejidad de su parroquia, “To the wonder” estaría muy cerca de la flecha que indica su título. Y hablando de títulos, el de este post ya sé que es muy raro, pero quería una palabra que contuviera esa dualidad que muchos ven en el cine de Malick, que puede empezar con “mier..” y acabar con “..ravilla”.