De lo que se anuncia en el próximo Cannes, a mí (o sea, a mí) lo que más me seduce (debe haber unos mil verbos más apropiados) es lo de James Gray, “The inmigrant”; lo de Nicolas Winding Refn, “Only god forgives”, y lo de Jia Zhangke, “A touch of sing”… Y también lo de Sophia Coppola, “The bling ring”, aunque me mosquea un poco que no esté en la Sección Oficial, sino en la de Una Cierta Mirada. Luego hay un montoncillo que iré a ver con mucho gusto, como la de los Coen (“Inside llewyn Davis”), la de François Ozon (“Jeune et jolie”), la de Polanski (“La venus a la fourrure”) y la de Soderbergh (“Behind the candelabra”). Como veis, no es que descubra nada nuevo, ningún material de esos como para ponerme luego una medalla. También están Kore-Eda, que siempre me gusta, y Alexander Payne, cuyas dos últimas pelis (“Entre copas” y “Los descendientes”) no es que me gusten, sino que me vuelven loco, con lo que no sé por qué razón no lo he puesto junto a los primeros. Tal vez por introducir aquí algún componente de extravagancia, ya que mi “listita” es tan vulgar. Y ahora que lo pienso, tampoco sé por qué no he incluido el primero de todos a Asghar Farhadi, el tipo que ha hecho “A propósito de Elly” y, sobre todo, “Una separación”, esa película prácticamente perfecta y de la que no se tiene noticia de alguien al que no le gustara, y mucho. En fin, que, llegados a este punto, me doy cuenta de que debería borrar todo lo escrito y volverlo a escribir de nuevo con un poco más de cabeza, rigor, criterio y todas esas cosas que se supone que debe tener un tipo al que le pagan por esto. No lo borro, pero voy a reflexionar sobre ello. Y no pongo ningún título español, pero no es por ojeriza.
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