Oti Marchante el 07 jun, 2007 Me anticipo ligeramente a mí mismo (que es el sueño de todo onanista) y aviso de que mañana se estrena ‘Tideland’, de Terry Gilliam, película que tuve el infortunio de ver hace un par de años en el Festival de San Sebastián. Contiene todos los, digamos, ‘vicios’ del cine de Gilliam y también alguna de sus virtudes (su fantasía visual es innegable). Sé que no siempre basta con decir de una película que es aburrida e insoportable, en este caso, además de eso, y en proporciones gigantescas, también es pretenciosa y vacua. Una historia mil veces contada (el recurso ‘Alicia’ contra la realidad cochambrosa), pero sin la menor gracia e interés. Todo lo contrario que Manoel de Oliveira, quien consigue en ‘Belle toujours’ que su filosófico homenaje a Buñuel parezca mucho más de lo que es, y con gracia y elegancia. También la estrenan mañana. Dos casos que, no siendo antagónicos, son completamente distintos. Otros temas Comentarios Oti Marchante el 07 jun, 2007