Saco este blog del desván, en el que se había convertido más en bluag que en blog. Y lo reabro sin excusa, pues los estrenos de este fin de semana no me provocan grandes cosas. Tal vez el motivo esté en mandarlo (al blog) a calentar a la banda ahora que empieza el partido de San Sebastián, que igual me animo y lo animo. Me preguntaba el gran Atticus en un comentario del post anterior que cómo era posible que el “mejor blog de cine en su día” (sí, tal vez tuvo un día o dos) estuviera muerto… Y, francamente, me dio un pequeño respingo el ánimo porque no se me ocurría a nadie al que echarle la culpa. A nadie que no fuera yo, quiero decir. Si no muerto, muerto, porque hoy por ejemplo respira un poquillo, sí está desde luego en coma.
No pierdo más tiempo con los estrenos de hoy, de los que yo he visto, al menos. Me quedo fuera de “Detroit”, aunque reconozco que es una peli vistosa, pero me siento en ella rodeado por los clichés y el rollito Bigelow. Y no entro ni al soportal de “La región salvaje”, que no me produce ni miedo, ni curiosidad, ni la menor conmoción, ni interés alguno. Pongo un enlace con lo que he escrito para el ABC:
En fin, como vivo en Barcelona por motivos sentimentales y familiares, vivo, claro, sin vivir en mí. A lo poco que voy entendiendo ya del cine, he de sumarle el apenas nada que entiendo ya de la realidad, la sociedad, sus individuos y la amalgama insensata de argumentos y sentimientos. Y cuando crees que ya has visto el gesto más despreciable o has escuchado la mayor idiotez, llega otro, o varios, y los superan sin apenas esfuerzos. Entiendo que la gente más sabia y preparada se ocupe en la búsqueda de vida inteligente en otras galaxias. Qué penita de cabezas.
Corto y cierro.
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