Opto por una foto de Nicole Kidman en vez de Carlos Reygadas, pero no por nada…
La capacidad de construir terror de Reygadas es alucinante. No terror de género cinematográfico, o físico…, no: terror en el espíritu, pánico, vacío… En la primera escena de Post Tenebras Lux no hay más que una niña en un campo, unas vacas y unos perros, además de una ligera lágrima en la imagen… al momento, el universo empieza a atronar todo eso, como ocurría en esa mirada embelesada que abría y cerraba “Luz silenciosa”. Noto como la película de Reygadas se me escapa entre las manos, pero también noto su terrible contacto, a pesar de su empeño en cosquillear con absurdos y surralistas momentos. No se si me ha decepcionado Post Tenebras Lux o me he pisado un cordón y me he caído por el camino; ya no está entre las favoritas, creo, y fue tratada muy mal al término de la proyección. Cosas.
De todos modos, observo la diferencia entre un Reygadas terrible pero que juega y provoca, por ejemplo, un Leos Carax empachado y pretencioso. Quizás me equivoque, pero Reygadas es y Carax pretende. Este año, que el cine llega con cuentagotas, tengo la impresión de que Cannes quiere hacer una golfería, y ha puesto ya un tridente por delante para que trinque, el de Audiard, comprensible, y el de Resnais o Carax que son precisamente el reverso del genio, y del ingenio, aunque los quieran hacer pasar por el mismo Pasmo de Sicilia. Ojalá me equivoque…, por no potar, mayormente.
Por cierto, Nicole Kidman está que se sale en “Paperboy”, la de Lee Daniels sobre una historia que quiso hacer durante años Almodóvar… La película tiene clima y algo de interés, pero sobre todo tiene a doña Kidman, que dispara a lo alto a su personaje de ligera de cascos, ligera de ropa, ligera de moral… Y la secuencia de bis a bis sin tocarse en la cárcel con John Cusak vale el precio de una entrada, o dos. Añado debajo una foto del equipo recién amasada y otra crónica también recién amasada: El cuerpo de Nicole Kidman y el alma de Reygadas
