Había perdido la conexión con Abbas Kiarostami hace ya algunas películas, y me preocupaba porque a pesar de la conectividad tan brutal que nos rodea es más difícil conectar que desconectar (con lo que sea). Sus últimas películas, “Ten”, “Five”, “Shiring”… me habían dejado más fuera que Dino a Pedro Picapiedra. Por eso me da una alegría enorme encontrar una ventana por la que colarme a su casa y recomendar la que se estrena ya, “Copia certificada”, en la que no cuenta tanto una historia o dos como la sensación que dejan en sus personajes o en el espectador. Una historia de amor enlazada espaciotemporalmente con una de desamor; los mismos personajes en el mismo lugar y en el mismo día, pero contándolo todo como si se leyera la novela de una vida en pareja a la que el viento le hiciera volar el grueso de las páginas centrales: esos quince años de agostamiento progresivo elididos en una escena de café portentosa…, y engañosa. Grandísima película cuyo efecto en uno no es fácil de dominar ni de comprender. Otros elementos de la peli, como las interpretaciones, la puesta en escena, la arituculación de sus planos secuencia, sus paseos, miradas y colores son tan magistrales como aparentemente sencillos. No sólo elude, sino también alude, al mejor Rossellini y al más tramposo Welles. Hablaremos más y mucho de ella, aijop.
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