¿Alguien se anima a bailar conmigo?

No sé qué títulos puse en aquella lista de veinticinco películas a la que se han hecho algunas referencias. Ni lo voy a mirar: siempre me ha parecido que cambiar de películas preferidas es síntoma de madurez, o de progreso, o de ausencia de rigidez y de sectarismo. Cambiar es bueno, incluso en ocasiones a peor. No incluí, al parecer, “Cantando bajo la lluvia”, y ahora no se me ocurre ninguna excusa para ello, pues la considero una de las películas más alegres, felices, de la historia de las películas. Da igual como entres a ella, siempre saldrás con el corazón dando saltos. Recompongo, en parte, aquel entuerto ofreciendo mis cinco musicales favoritos a día de hoy:
Cantando bajo la lluvia, por alegre.
Dinero caído del Cielo, por profundo.
Sombrero de Copa, por evanescente.
Un día en Nueva York, por algo que yo me sé.
Stormy weather, la del 43, porque nunca he visto bailar como en esa película…
¿Alguien baila?…