Toda la tarde libre y todos los cines a mi disposición: Imposible. No habÃa modo de meterse a ver una pelÃcula a pesar de mi conocida manga ancha. Ya habÃa cumplido mi cuota de ‘sea lo que sea’ unos dÃas antes cuando entré a ver ‘Instinto básico 2’ (¡Dios mÃo!)… Y la pereza no tuvo nada que ver, pues me desplacé hasta la misma taquilla de un par de multisalas con la esperanza de que alguna de las que ‘echaban’ me tentara asÃ, en la cercanÃa. Ni modo. Vencido volvà a mi guarida y me planté ante ‘Lo que el viento se llevó’ y me di cuenta de cómo y a qué velocidad se aleja el cine de ahora de lo esencial. Allà está todo. Pasan las horas. Pasan los dÃas. Pasan los años. Pasan y pasarán las generaciones y ahà seguirá estando todo. Es una pelÃcula que te rodea por completo, por arriba y por abajo, por la derecha y por la izquierda… Te olvidas dentro de ella de todo lo demás, te borra la tarde entera y luego tiene uno que extraerse de ‘Lo que el viento se llevó’ con sacacorchos. Y cualquier cosa que se diga en contra de esta pelÃcula será, hoy y siempre, una estupidez o un esnobismo. Aunque se crea uno de verdad que tiene razones, argumentos, ideas para mejorarla o reproches que hacerle. ¡chsssssssss!