De todo lo que estrenan este fin de semana, milagrosamente tengo visto un buen puñado de tÃtulos. Milagrosa y, sobre todo, afortunadamente. Lo de milagroso, porque es fruto de la casualidad más que de la voluntad, y lo de afortunadamente porque asà no tengo que pasar el trago de verlas.
La pelÃcula de Amos Gitai, ‘Zona libre’, tiene la virtud de tener dentro a Natalie Portman, una actriz que nació en Jerusalén y nos muestra, desde sus ojos, esa tierra desolada, y tal. Apenas si sale Carmen Maura, a la que sin duda engañó el judÃo Gitai con un personaje que se le ha disuelto y quedado en nada finalmente.
El francés Jacques Audiard nos lanza un pildorazo titulado (agarrensé) ‘De latir, mi corazón se ha parado’. Nadie me podrá acusar de transigente con todo ese cine francés bostezante y engolado, y desde aquà reto a cualquier a que defienda en este foro a Audiard y a su cine sencillote como un Lladró.
He visto ‘El triunfo’, la de Farruco y compañÃa, dirigida por Mireia Ross. Poco que decir de ella.
Y también la de Sidney Lumet, ‘Declaradme culpable’, que sà es sorprendente, y no tanto por lo que tiene de Lumet (una intriga judicial) sino por lo que tiene de Vin Diesel, ese actor mamporrero (porque da mamporros) que borda aquà un personaje lleno de sentido del humor y de kilates dramáticos.
Probablemente es lo más recomendable de lo que se avecina. No he visto la de ‘Apaga y vámonos’, un documental o reportaje denuncia sobre la actuación de Endesa en Chile, pero lo tengo muy a mano para ver. Lo veré y tal vez dé para un buen guisote de fin de semana.