Hasta que llegue mañana, frase que no dice ni oculta nada, propongo entretenernos con un asunto muy auténtico: el documental. De las últimas películas que he visto, algunas de las mejores han sido documentales. Uno dedicado a Fernando Fernán Gómez (‘La silla de Fernando’), otro a los actores españoles en general (‘Hécuba, un sueño de pasión’), otro al productor Elías Querejeta (‘El productor’), uno más hecho precisamente por Elías Querejeta y Eterio Ortega titulado ‘Noticias de una guerra’ con materiales de archivo de la guerra civil y los meses que la precedieron, el muy excelente y emocionante de Joaquín Jordá ‘Más allá del espejo’… También acabo de ver uno bastante curioso sobre Pau Riba titulado ‘Deixam en Pau’ y en el que se ofrece una mirada bastante próxima (nariz contra nariz) del marcianísimo músico catalán. Seguro que me dejo varios, y seguro que en nuestro ‘consultorio’ hay otras propuestas y otros títulos; documentales de siempre… Mira, a punto ha estado de olvidársme uno de los que más me han gustado últimamente, ‘Forever’, sobre el cementerio de París… Personalmente, a un documental le exijo (le pido, que suena mejor) más o menos lo mismo que a cualquier otro género: que sea sincero, que no tenga los pies hundidos en el tópico, que sorprenda por sus imágenes, por su texto, por su intención o por sus conclusiones, que tenga corazón y que le busque el suyo al espectador… En fin, que entre con más facilidad con la que sale.