Naturalmente que se le pueden poner “peros” a la película de Bayona. “Lo imposible” se convierte en su segunda mitad en una película que se bate contra lo imposible, que no era mostrar el tsunami en todo su trágico esplendor, sino en mostrar los sentimientos, muchos y muy complejos, desde la pérdida al encuentro, desde el horror hasta la orfandad más absoluta, y quizá se le va la mano en el subrayado, en la descripción. Nada reflejará tanto ese maltrato de la naturaleza y el destino como los propios hechos, pero su recreación conlleva una dificultad que está más cerca de la contención que del abuso. Es un cóctel muy complicado de hacer, pero la película es absolutamente impresionante y yo no quiero que los “peros” se antepongan a los “sin embargo”.
Muy pequeñita y muy directa es la de Carlos Sorín, “Días de pesca”, y yo me la pongo ya entre mis preferidas; no sé, tal vez porque conseguir mucho con poco también es cosa del cine.
Lo de Costa-Gavras, “El Capital”, es entretenida y lúcida, aunque nos cuente lo que ya sabemos de los tiburones de las finanzas en el personaje de Gad Elmaleh, un Robin Hood que le quita el dinero a los pobres para dárselo a los ricos. Ole.
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