Me voy al Festival de Cine de Sevilla con un objetivo (yo no lo llamaría misión), que es el de ver la película que lo inaugura. Tiene un título sorprendente, “Los muertos no se tocan, nene”, y un sorprendente pedigrí: es la novela de Rafael Azcona llevada al cine por José Luis García Sánchez, y que, entre otras particularidades, tiene un cartel (el de arriba) que ha hecho Antonio Mingote. Sea lo que sea, o pase lo que pase, me gustará estar ahí y verla. En el fondo, y aunque no se lo quiera llamar, creo que sí es una misión. Todos ellos tienen, como Sevilla, un color especial. Digo.
Y digo más en este enlace con el después de ver la película:
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