Con hasta un 60 por ciento de alcohol, el “baijiu” (pronunciése “paelloo”) es el licor más popular de China. Aunque en mandarín significa “vino blanco”, es una especie de aguardiente destilado del arroz o el sorgo. Omnipresente en los banquetes oficiales y las comidas de negocios, se reserva para los brindis con que los chinos agasajan – o más bien tumban – a sus invitados. Hasta que alguno de los comensales cae redondo, hay que beberse sus chupitos de un trago para hacer honor a la tradicional hospitalidad oriental al ritmo incesante del “ganbei”, que quiere decir “vaso seco”.
Pero algunas marcas se han propuesto sacarlo de este contexto e internacionalizarlo. El problema es que el “baijiu” es tan fuerte que para los extranjeros sabe a gasolina. Para suavizarlo, algunos bares y restaurantes asiáticos ya lo sirven mezclado con otras bebidas en forma de exóticos cócteles. Es el caso de “El Ocho”, que contiene “baijiu”, Calpis y soda y es la especialidad de la casa en la coctelería española del mismo nombre que el chef barcelonés Willy Trullás regenta en Shanghái.
En Londres, la marca Shui Jing Fang patrocina durante el año nuevo chino una Semana de Cócteles de “Baijiu”, que ya ha cumplido cuatro ediciones. Celebrando el año nuevo lunar, los restaurantes orientales más chic de la capital británica, como Hutong at The Shard, Opium, China Tang y Nam Long, ofrecen cócteles con el “baijiu” de Shui Jing Fang, que distribuye la multinacional Diageo. Al tratarse de la mayor compañía mundial de bebidas alcohólicas, productora de marcas líderes como Johnnie Walker, Baileys o Guinness, su apoyo resulta decisivo para globalizar el licor chino. Entre los cócteles que se sirvieron destaca el “Dulce éxito”, que mezcla el “baijiu” con Cointreau, quinoto, salsa picante Tapatío, sirope de fruta de la pasión y zumo de limón.
Con el mismo objetivo de darse a conocer en Occidente, Wuliangye, el mayor productor de “baijiu” de China, patrocinará hasta 2020 a la Orquesta Filarmónica de Londres. El acuerdo fue firmado durante la visita que hizo en 2015 el presidente chino, Xi Jinping, al Reino Unido por medio millón de libras (636.261 euros), según The Economist. Gracias a este convenio, en los conciertos de la Filarmónica se sirve el “baijiu” Wuliagnye, que amenaza con desplazar al champán de los auditorios.
Por delante de Wuliangye, la marca de “baijiu” más conocida de China es Moutai, que se produce en la provincia sureña de Guizhou desde la dinastía Qing (1644-1911) y es con la que Mao Zedong recibió a Nixon durante su histórica visita a China en 1972. Aunque es un codiciado objeto de deseo para los nuevos ricos chinos, habrá que ver si sus cócteles conquistan los paladares occidentales. Pero, visto el éxito que tiene el Jägermeister, todo puede ocurrir.
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