Pablo M. Díez el 05 sep, 2017 En realidad, nadie quiere solucionar el problema de Corea del Norte. No le interesa al régimen estalinista de Pyongyang porque solo las armas atómicas le permiten sobrevivir. Kim Jong-un no es tan irracional para atacar primero, como muchos piensan erróneamente, porque sería su aniquilación. Estados Unidos tampoco intentará derribarlo porque Kim moriría matando y causaría una carnicería en Corea del Sur y Japón. Kim Jong-un, saludando a la multitud durante un desfile en Pyongyang. Tampoco le interesa a la Casa Blanca porque, en caso de que las cosas vayan mal en casa, siempre viene bien una crisis en el exterior, que además le sirve para mantener su alianza militar y suministro de armamento a Japón y Corea del Sur. En ambos países, tanto la amenaza de Pyongyang como las promesas de distensión son utilizadas electoralmente por sus respectivos partidos conservadores y liberales. Rusia, de quien Japón sospecha que ayuda a Kim III más de lo que se sabe, se pone de perfil y pide diálogo a Trump, a sabiendas de que le abre otro frente de tensión constante. A quien más le convendría una solución del conflicto es a China, que antes lo usaba como moneda de cambio ante Washington para ejercer de mediador, pero ahora tiene a sus puertas el escudo antimisiles desplegado por el Pentágono en Corea del Sur. Aun así, Pekín prefiere los quebraderos de cabeza que le causa el régimen con sus ensayos nucleares y de misiles que una guerra que le traería a su frontera a los hambrientos refugiados norcoreanos y a los marines estadounidenses. Pero a nadie le convendría más el fin de la tensión que a los pobres norcoreanos. PD: Y tampoco nos interesa a los periodistas porque Corea del Norte nos da muchos titulares. Otros temas Tags "Kim Jong-un"chinacoreacrisisguerraJapónnortenuclearperiodistasrusiasurtensionTrump Comentarios Pablo M. Díez el 05 sep, 2017
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