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Voces para el recuerdo: Rika Zaräi

La gran cantante israelí que triunfó en Francia

Voces para el recuerdo: Rika Zaräi
Álex González el

Fue una mujer que se desenvolvió en el mundo de la canción y en el de la escritura. En sus muchos libros, publicó un best seller llamado “Mi medicina natural”, donde abogada por el uso de terapias con pseudociencia le hizo echarse en contra a gran parte de los farmacéuticos franceses. Ella, que ya tenía un extenso recorrido en la música, no dejó de lado esa pasión por la fitoterapia griega, donde las plantas obtienen un gran peso en la salud. Hasta dos millones de ejemplares vendió a mediados de los años 80. Pese al revuelo generado, su carrera como artista siguió siendo exitosa.

Nacida en Jerusalén el 19 de febrero de 1938 en el seno de una familia cuyo padre era un judío de Odessa y cuya madre procedía de Polonia, Rika Gozman tuvo una infancia en la que consiguió estudiar y cumplir a los 17 años con el servicio militar. Un ejército donde empezó a destacar en el mundo de la canción ya que llegó a ser nombrada productora musical de una de las compañías. Tras ello ganó el primer premio de piano del Conservatorio de música de su ciudad natal. En los teatros de Tel Aviv y en los campamentos militares no dejaba de sonar el musical “Five on Five” que interpretó. Una obra basada en el amor de cinco soldados por cinco chicas de campo, cuyas melodías fueron compuestas por su marido Yohanan Zaräi, y cuyo contenido había sido escrito por Aharon Megged unos años antes. Tras ser madre de una niña llamada Yael, se marchó a Francia a seguir con sus estudios como cantante.

En el país galo fue contratada por un productor llamado Eddie Barclay, que buscaba cantante que tuviesen un acento especial en cabarets como el Villa d’Este o Caroll’s. El contrato de este cazatalentos le da la oportunidad de salir en la radio con temas como “Hava Nagila” o “L’Olivier”, y cuando los medios de comunicación de hacen eco de su talento, es Bruno Coquatrix quien le contrata para el teatro Olympia de París. En este lugar conoció al que sería su segundo marido, Jean-Pierre Magnier, un músico de Jacques Brel que se convirtió en su productor. Para comienzos de los años 60 sus apariciones en programas de televisión eran habituales y en 1963 llegó a actuar en el Olympia junto al grupo de rock francés “Les Chaussettes Noire”. Rika cantaba en varios idiomas como el inglés, el francés, el hebrero, español, italiano y el alemán, una virtud que le abrió multitud de puertas. Empezó a girar con Gilbert Bécaud y a componer temas que después interpretaron gente como Charles Aznavour. En 1969 publicó algunos de sus éxitos con adaptaciones como la “Katyusha” rusa llamada “Casatschock” o “Sans Chemise, Sand Pant” de Gérard La Viny, e incluso una adaptación del “Vivo cantando” español bajo el nombre de “So je chante”. Otra de sus virtudes fue popularizar cantos israelíes en el mundo de la canción francesa y neerlandesa como “Hallelujah” o “Yerushalayim Shel Zahay”.

En pleno momento de éxito, fue cuando tuvo un accidente de automóvil y se quedó en coma seis días. Después pasó ocho meses entre escayolas y hasta tres años tardó en recuperarse del todo. Al volver, lo hizo por todo lo grande con un tema sobre su sufrimiento llamado “Balapapa” que vendió casi medio millón de copias. Su carrera siguió desenvolviéndose sobre todo en el teatro Olympia parisino entre los años 70 y los años 80. Sus ritmos por “Rebecca”, “Zingara”, “Les temps des fleurs” o “Michaël” sonaban por donde marchaba. Desde lugares emblemáticos como el club Queen de los campos elíseos a diferentes locales nocturnos donde exhibir los nuevos trabajos que publicaba. A su vez compaginaba esta labor con su faceta como escritora, llegando a publicar otros tantos libros e incluso en 2006 sus memorias bajo el nombre “La esperanza siempre tiene razón”. Giraba por Francia normalmente ya que su público estaba allí asentado, hasta que en 2008 y tras celebrar sus cinco décadas en el mundo de la canción con el disco “Quand les hommes…”, fue víctima de un accidente cardiovascular que le conllevó una dilatada fase de recuperación en su casa de París. Con los años dio entrevistas en televisiones y diarios, e incluso siguieron saliendo álbumes recopilatorios destacando la importancia que esta mujer tuvo en el mundo musical francés, hasta que un 23 de diciembre de 2020 fallecía a los 82 años de edad en la capital francesa y cuyos restos descansan en la localidad de Oisy en la región de Niévre donde vivió algunos años de su vida. Antes de irse de este mundo pudo despedirse de su público en febrero de ese mismo año cantando, ya en silla de ruedas, en el teatro Folies Bergère en un homenaje organizado por Raphaël Mezrahi. La mujer que vivió y triunfó en París, pero que jamás dejó de visitar su Israel natal.

 

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