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Blogs Toques Sureños por Álex González

Historia del country (I): la música del siglo XIX.

Primera entrega de una saga para divulgar el principal ritmo popular sureño.

Historia del country (I): la música del siglo XIX.
Álex González el

Si ponemos la vista atrás alrededor de 200 años el país de los campos de algodón se encontraba en plena construcción. Sus habitantes estaban asentándose en nuevas ciudades, nuevos empleos y por ende creando una cultura popular novedosa. Los nuevos americanos buscaban un lugar al que llamar “hogar” en la tierra de las oportunidades. Para construir el país en gran parte de los hogares se contaba con esclavos traídos de África, en una costumbre que a lo largo del siglo XIX se fue erradicando de norte a sur. Los africanos trajeron ritmos donde predominaba la percusión, y los europeos músicas tradicionales de lugares como las islas británicas. Esa mezcla de culturas continentales derivó en la nueva forma de músicas populares estadounidenses. Hay un cuadro de finales del siglo XVIII que ya data la aparición de instrumentos entre la población norteamericana. “The old plantation” es una acuarela donde se ve a esclavos de una plantación de Carolina del sur con un banjo o con tambores hechos con una calabaza hueca. Esta pintura, atribuida a John Rose que era el dueño de aquellos esclavos del condado de Beaufort, ya refleja cómo la música estaba presente en el país de los melocotoneros.

“The old plantation”, John Rose.

Normalmente las canciones que se interpretaban durante el siglo XIX eran composiciones caseras que pasaban de boca en boca de los vecinos. Solían contar lamentos cotidianos (Blues) e historias del día a día de los habitantes de cada lugar habitado.  Como esta cultura musical fue incrementándose y ganando adeptos, empezaron a surgir los primeros compositores profesionales que cobraban por sus obras. Muchas de ellas se fueron quedando entre los ciudadanos y hoy son verdaderos himnos registrados en la biblioteca del congreso de los Estados Unidos, conservadas como un preciado bien tradicional del país. El gran compositor del siglo XIX fue un cantautor estadounidense llamado Stephen Foster. Este hombre nació en Pittsburgh en 1826 y falleció arruinado en Manhattan a los 37 años. Trabajaba en la compañía de su hermano, y mientras tanto se dedicó a componer canciones entre las que se incluyó uno de los grandes himnos de la música popular como fue “Oh, Susanna” que hoy en día sigue siendo grabada por los músicos más aclamados. Este tema de 1848 se tocó por primera vez en un local de helados de su tierra natal y buscaba ser parte del conocido como género minstrel, es decir, de representación teatral. Cuentan que Foster pudo referirse en el tema a una hermana suya fallecida llamada Charlotte Susannah y que se basó en una canción anterior, con la que comparte algunos tintes como es “Rose of Alabama”. Recibió 100 dólares por este trabajo, y se convirtió en todo un referente para la fiebre del oro en California. A Foster le gustaba escribir canciones de carnaval desde bien joven, y una de sus grandes aportaciones fue la de crear las “Foster’s Ethiopian Melodies” con varios temas muy relevantes. Otra de las grandes aportaciones de este hombre fue la canción “My Old Kentucky home” en 1853. Dicen que Foster se inspiró en un libro llamado “La cabaña del tío Tom” y que buscaba apelar a la nostalgia. En esta composición habla sobre una plantación donde trabajan esclavos y se convirtió en todo un himno para el estado de Kentucky, aunque con el tiempo y debido a lo dura que era la letra tuvo que ser sustituida quedando en la cultura popular únicamente.

El sol brilla en el viejo hogar de Kentucky,
este verano, la gente está alegre;
el maíz madura y las praderas en flor,
mientras las aves cantan todo el día.

Poco después de componer esta canción, ya en 1860 Foster se marchó a Nueva York y la calidad de sus canciones empezó a decaer hasta que falleció en 1864 dejando una nota enigmática junto a él en un hotel de Lower East Side. Hoy en día está dentro del salón de la fama de los compositores. Fue un gran impulsor de la música en el siglo XIX y gracias a su trabajo la gente empezó a interesarse aún más por aprender a tocar algunos de los instrumentos que se empezaban a ver como las mandolinas, banjos, violines o guitarras. Los himnos empezaron a ir cogiendo audiencia gracias a ese género minstrel cercano al teatro y a personas como Cal Stewart, un comediante de Virginia que realizó las primeras grabaciones de sonido y que fue todo un pionero del conocido arte del vodevil. La comedia era su punto fuerte, pero las grabaciones lo que le hicieron pasar a la historia con sellos como Columbia, Victor o Edison. Creó el personaje del Tío Josh y desde 1898 hasta principios del siglo XX sus grabaciones más vendidas fueron las relacionadas a aquella figura exitosa entre el público con la que empezó a hacer giras por los pueblos estadounidenses. El arte de la música había pasado a la primera escena del panorama popular y de él empezaron a surgir los géneros que hoy en día conocemos en el país de los magnolios. Dos personajes fundamentales en la historia musical estadounidense que merecen ser recordados en esta saga de divulgación. Continuará…

Os  recuerdo que ya tenéis disponibles todos estos temas en la lista de Spotify de este espacio “Toques sureños- american music”, y que podéis seguir toda la actualidad del blog en la cuenta de twitter @blogsurenos. Por último recordaros que si queréis saber más sobre la cultura sureña estadounidense tengo en marcha un podcast llamado “Vientos del Sur”, donde tienen también cabida la música, el cine y los libros. En Ivoox y en Spotify.

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