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Blogs Tiro al blanco por Tomás González-Martín

¿Por qué esa persecución obsesiva contra Ramos? ¿Es envidia, es decir, admiración?

El Real Madrid ganó con claridad en Pamplona y se generó una campaña sobre la posible expulsión al sevillano en El Sadar. Estas historias para caldear ambientes cuando no hay nada que vender no se hacen con otros jugadores

¿Por qué esa persecución obsesiva contra Ramos?  ¿Es envidia, es decir, admiración?
GRAF7566. PAMPLONA 09/02/2020.- El defensor del Real Madrid Sergio Ramos, celebra el segundo gol ante el Osasuna, durante el partido correspondiente a la jornada 23 de LaLiga Santander, que se disputa este domingo en el estadio El Sadar de Pamplona. EFE/Jesús Diges
Tomás González-Martín el
PAMPLONA 09/02/2020.- El defensor del Real Madrid Sergio Ramos, celebra el segundo gol ante el Osasuna.

El líder demostró serlo con su remontada en Pamplona y minutos después se inventó una polémica dialéctica baldía, falsa, artificial, que nadie siguió, porque no tenía donde sujetarse. El Real Madrid demostró en El Sadar el talento de los líderes en todos sus aspectos, hasta en su entrada a medio gas en el partido hasta que Osasuna marcó y despertó al  favorito.

Los blancos dieron la vuelta al marcador. Ramos, precisamente, anotó el 1-2 de cabeza, en una asistencia de Casemiro, también con la cabeza. Luego, Lucas y Jovic, la línea B de los segundos tiempos, pusieron el 1-4 en el marcador. Y minutos más tarde, acabado el encuentro, se montó el jaleo externo.

Una entrada de Ramos, que el árbitro no señaló como falta, se consideró por los locales que era jugada de tarjeta y, como sería la segunda, el capitán madridista debería haber sido expulsado. ¡Era el minuto 28 de partido y el resultado era entonces 1-0!

De este invento se alimentan las polémicas. Y como no había nada que vender, se armó el jaleo dialéctico, al que entró el antimadridismo latente. Y no hay jugador más odiado para el antimadridismo, con Cristiano lejos, que el capitán, Ramos.

El sevillano piensa que es perseguido. Se siente perseguido. Concita filias y fobias, no pasa indiferente y eso se paga. Como decía Arbeloa en una entrevista concedida a ABC antes de la final de la Champions de Milán, el Real Madrid es como el imperio romano, todo el mundo espera que caiga, pero nunca cae.

Arbeloa dijo una frase que hoy repite, que es letal, cierta, perenne, válida ahora y siempre. Lo que provoca Ramos, como el Real Madrid, es envidia. Por sus títulos al más alto nivel mundial y europeo con la selección y con su club, por sus goles, por sus acciones decisivas con España y con el Real Madrid, por dar la cara siempre, por acertar y equivocarse. ¿Y qué es la envidia?: sencillamente, admiración.

Ramos es perseguido con obsesión porque es envidiado. Es decir, admirado. Hablamos con Luis Miguel Beneyto, directivo del Real Madrid en la era de Luis de Carlos, exjugador en los años cincuenta, y lo manifiesta sin tapujos: “El Real Madrid es envidiado y siempre lo será, no puedes luchar contra ello, porque lo que suscita es admiración”. Amén.

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