Papá Neymar se sentía feliz en Brasil. Estaba rodeado de emisarios de los grandes clubes para hablar de su futuro. Después de un mes de dejarse querer, tras cinco semanas en las que el Barcelona tuvo que mandar representantes para controlar la situación y convencer al jugador de la renovación, el padre de Neymar ha tenido que salir a la palestra. Su club, el que todavía le paga, exigía aclaraciones. Porque diariamente leía que el PSG, el Manchester United y el Real Madrid estaban dispuestos a abonar su cláusula de 192 millones de euros. La entidad azulgrana deseaba saber la verdad. Y sobre todo las intenciones de su futbolista. El padre de Neymar ha dicho que su hijo no fichará por el Real Madrid. Y el Manchester United ya no está en la pelea por el fichaje. Pero el padre Neymar no ha engañado a nadie. Real Madrid y United sabían que la familia Neymar utilizaba el nombre de los dos clubes más famosos del mundo para encarecer su precio, tanto en el caso de una renovación como en la hipótesis de su marcha al PSG.
Hay un problema inicial que Neymar desea solventar antes de hacer nada. Tiene contrato hasta 2018 y su padre pretende que el Barcelona solucione el litigio judicial con la empresa Dis, dueña del 40 por ciento del jugador, para analizar la renovación que el Barça le presenta, con una ficha anual de 15 millones, 3,5 millones más de los que percibe hoy. Dis cobró el 40 por ciento del precio del traspaso que hizo oficial Sandro Rosell, 57 millones. Una cifra que era un desprecio a la inteligencia del mundo, empezando por Hacienda. Ahora, la Justicia ha expuesto que Neymar costó 87 millones, que con impuestos son casi 110. Y Dis pide su dinero correspondiente.
Mientras no se solvente esto, papá Neymar no firmará una hipotética renovación con el Barcelona, que le ofrece un contrato hasta 2021. La realidad es que también desea dejar este problema solucionado si al final se va al París Saint Germain, que le ofrece una ficha anual de 50 millones de euros. La mejor del mundo.
Esa es la incógnita del brasileño. Irse al PSG o seguir en el Barcelona. Tiene una tercera opción que medita con tranquilidad. Continuar sin firmar y marcharse libre, al mejor postor, en 2018. Esa decisión le permitiría cobrar su prima de fichaje. Esa posibilidad preocupa al Barcelona, que espera no ser toreado por el Balón de Bronce.
A quien no ha toreado es al Real Madrid. Ni al Manchester United. C0nocen el paño. Ya vivieron ese esperpento de dejarse querer en 2013, cuando firmó por el Barcelona. Ocupado en todos sus problemas judiciales, con Hacienda y con Dis, el futbolista no ha rendido esta temporada lo esperado. Y el mareo mediático de cada verano no ayuda.
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