Es la diferencia entre gestionar un club como una empresa, como hace Florentino Pérez, o gestionar un equipo con el populismo barato, que sale muy caro, como ha hecho el Barcelona durante muchos años. Mientras Messi costaba 135 millones a la entidad azulgrana cada año, la deuda se multiplicaba con otros muchos gastos impagables, como los fichajes de Dembelé y Coutinho. Y eso que el club barcelonés obtuvo nada menos que 222 millones por Neymar, plusmarca mundial. Un dinero que se despilfarró muy pronto.
En el otro lado del puente aéreo y de AVE, el Real Madrid mantenía su política. Cristiano le costaba al Real Madrid 40 millones anuales. Y cuando el portugués pidió más dinero, viendo el salario que un club estado le pagaba a Neymar, 36 millones netos anuales, la casa blanca no cedió y el luso se marchó. Habría sido fácil para el Real Madrid tirar la casa por la ventana, pero no lo hizo.
El balance final de dos direcciones opuestas, de dos gestiones que son la cara y la cruz, está claro y es evidente. La realidad es la verdad y no es opinión. Una cosa es lo que se quiere y otra es lo que se puede. La deuda que Laporta reconoce en el Barcelona es de 1.674 millones. El presupuesto de dos años, nada menos. Mientras, el Real Madrid ha sabido reducir su presupuesto, es decir sus gastos, de 818,1 millones a 617 esta temporada.
Javier Tebas, presidente de la Liga, que no es precisamente amigo de Florentino Pérez, ha reconocido la diferencia de dirección entre ambos clubes al exponer la cantidad de sueldos que ambos clubes pueden destinar la próxima campaña. El Barcelona debe rebajar su límite salarial en un 47,1 por ciento, 322 millones de euros. «La pandemia le ha quitado muchos ingresos y debe reducir masa salarial. Lo que no reduzca este año, el que viene le puede afectar a ese límite y a la tesorería», ha declarado el presidente de la patronal del fútbol español profesional. El club azulgrana pasará de destinar 656,43 millones a 234 millones en sueldos.
La diferencia de gestión es casi increíble, pero cierta. El Real Madrid tenía derecho la temporada pasada a pagar 414 millones en salarios, incluidas las nóminas de todos sus equipos y empleados. Su buena actuación económica, con la pandemia como lacra mundial, ha supuesto que la Liga de Tebas amplíe esa cantidad al club blanco para el próximo curso hasta los 473,3 millones en sueldos, 60 millones más.
La entidad madridista podrá pagar más del doble de salarios que el Barcelona. Está todo dicho. Y ahora que les vendan a los seguidores del Barcelona toda clase de soflamas y cuentos chinos en materia de futuros fichajes. No habrá dinero por muchos años. Mientras el Real Madrid piensa en el reto casi imposible de Mbappé, por la negativa del PSG a vender, el Barcelona no puede pensar en grandes contrataciones. No es opinión, es una realidad. Y el nuevo Bernabéu estará listo en diciembre de 2022.
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