El Barcelona pierde 98 millones y el Real Madrid gana 0,2 millones. El golpe que provoca la pandemia es terrible. Pero el Barcelona vive un virus en su dirección, basada en el derroche. En el universo del fútbol son los grandes clubes los que más sufren la crisis, porque la televisión solo supone un tercio de sus ingresos. El resto, quinientos millones en los casos de Real Madrid y Barcelona, dependen de las percepciones por «merchandising», tiendas, taquillas, los negocios del estadio y los partidos del verano. Todas estas fuentes han tenido los grifos cortados por el confinamiento y el fútbol sin público, cierre empresarial que ha producido estragos. Una crisis que ha dejado al descubierto la situación económica y la gestión de las entidades. Y los números entregados en la Liga son claros: el Real Madrid ha cuadrado cuentas y el Barcelona ha perdido 98 millones.
La dirección financiera del Real Madrid ha sido mucho mejor que la del Barcelona. El campeón de Liga vio el toro venir desde marzo y realizó un ajuste presupuestario que le ha permitido salvar los muebles del balance de la temporada pasada e incluso expresar un pequeño superávit de 200.000 euros.
El club madrileño redujo gastos desde que comenzó el confinamiento y dirigió la casa, más que nunca, como una empresa que no debía tener pérdidas. Florentino Pérez y José Ángel Sánchez trazaron un planteamiento que consiguió el objetivo gracias a una decisión fundamental: la colaboración de los altos directivos, los futbolistas del Real Madrid y el Castilla, los baloncestistas del primer equipo y los cuerpos técnicos de las tres plantillas para reducir sus emolumentos en un diez por ciento. Ese acuerdo supuso un ahorro de 39 millones que ha sido decisivo en los números azules que el presidente presentará a sus socios en la próxima asamblea anual de los socios compromisarios, que deberá aprobar esas cuentas y el presupuesto de la campaña que acaba de nacer, en la que el presupuesto madridista descenderá desde los 822,1 millones a una cantidad que rondará los 652. Cifra que demuestra que el ajuste de gasto continuará y será una constante mientras el Covid-19 impida la presencia de público en el Bernabéu y frene los ingresos normales por socios, abonos y taquillas y el rendimiento total de los profesionales del «merchandising», las tiendas y el Tour del Bernabéu, que ahora mismo funciona, pero que con esta situación no puede recibir los 1,3 millones de visitantes y turistas habituales que llegaban de todo el mundo.
Una prueba de ese nuevo agujero en el cinturón programado por el Real Madrid es que propondrá a sus profesionales cualificados otra rebaja salarial para esta temporada, a expensas del posible regreso de los espectadores en enero, con la esperanza de conseguir para entonces una vacuna que acabe con el coronavirus y con esta crisis. Lo que no hizo el campeón de Liga fue solicitar un ERTE ante el Estado español, medida que sí aplicaron el Barcelona y el Atlético de Madrid para ahorrarse unos pocos millones de euros.
Las cuentas del Barcelona, por el contrario, evidencian una gestión negativa, con un derroche en el gasto generalizado. Los 222 millones cobrados por Neymar se dilapidaron muy pronto. El club azulgrana ha entregado en la Liga Nacional de Fútbol Profesional unos números que expresan unos número rojos de 98 millones en el pasado curso. Una cantidad que se ha reducido ostensiblemente al obtener 72 millones por el traspaso de Arthur a la Juventus. Pero se compró a Pjanic ¿Ese gasto se colocará como dinero para la próxima temporada económica, en ingeniería financiera?
Las pérdidas se centran en el cierre de las cinco tiendas Barça Store propiedad de la entidad, unido al de otras muchas tiendas licenciadas para vender los productos del club, así como la falta de facturación por «ticketing» y en la explotación del Camp Nou Experiencie y el museo. El club calcula que la temporada pasada dejó de ingresar 50 millones en concepto de venta de entradas y museo, 40 por derechos de televisión y 25 por publicidad.
Jordi Cardoner, vicepresidente económico azulgrana, ha señalado que «el gasto tendrá que decrecer». La plantilla firmó la primavera pasada una reducción de sueldos que significó 28 millones de ahorro para el Barcelona, una cifra inferior a los 39 millones del Real Madrid. Ahora, la directiva medita dialogar con los jugadores para proponer otra petición de rebaja de sus ganancias que podría suponer otros 10 millones menos de gastos. Pero las relaciones entre el club y el plantel están deterioradas por muchos desencuentros, los últimos con Messi y Luis Suárez, y esa negociación está en cuarentena. La búsqueda de nuevos fichajes contrasta con la necesidad de ahorrar del Barcelona. Deberá vender futbolistas para comprar otros. Y acabar con los derroches y las trampas de la ingeniería financiera, pues ya no engañan a nadie.
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