Cristiano alcanzó los once goles en esta Champions con su demostración de liderazgo en Estambul. Sus dos dianas confirmaron su reinado como ariete de la Liga de Campeones. Persigue el récord de 14 tantos en una edición, conseguidos por Messi, Altafini y Van Nistelrooy.
El madridismo de abolengo nada rancio, que vio ganar las cinco Copas de Europa desde 1955 a 1960, manifiesta que Ronaldo es el mejor futbolista de la historia del Real Madrid después de Di Stéfano, el hombre que hizo grande a la entidad en el mundo. Don Alfredo le vio anotar esos dos goles desde el hospital La Fe de Valencia, donde pasaba un control «por talleres». Dos aciertos que significaron que el portugués llegó a los 50 en la Copa de Europa, superando los 49 del mejor jugador de la leyenda del club, para mucho el mejor del mundo.
El RCR7 se encuentra en el apogeo de su carrera y ataca muchas plusmarcas. Una de las principales es firmar los 71 tantos de Raúl en la Champions. Le faltan 21. Para el luso, sin embargo, lo fundamental es ganar la Liga de Campeones con el Real Madrid. Es su objetivo. Tiene cuerda para establecer todos los hitos individuales que puedan presentarle, pero su reto es el título.
Su potencia es abrumadora. Le queda fútbol al máximo nivel para brllar a lo largo de varias temporadas. Por eso hay que renovarle. Su contrato acaba en 2015 y es necesario extenderlo dos o tres campañas con el fin de culminar su trayectoria profesional en la entidad donde ha explotado toda su valía . Porque su corazón es sobrehumano. Da motor al cuerpo del «atleta del siglo XXI» como le define Butragueño. Es cierto.
Di Stéfano llama «bobo» al corazón, «porque trabaja todo el día y no le pagan». El «nueve» histórico del club no pierde el buen humor ni en el hospital, donde han vigilado el funcionamiento de su «bobo». El de Cristiano es todavía más «bobo», porque se exprime al límite en el campo. Su rendimiento se sale de la normalidad. Suma once tantos en la Copa de Europa actual y siete los ha rubricado a domicilio. Da la cara en todos los sitios. Se crece en la adversidad. Por eso es una estrella. Nunca se acomoda. Es el mejor «bobo» del mundo. Y por muchos años. Lleva 194 goles en 191 partidos con la casa blanca. Un promedio superior al tanto por encuentro en el siglo XX. Menuda bobada. ¡eh!
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