Ramos, Varane, Marcelo, Casemiro, Hazard y su gran amigo Benzema. Forman la guardia pretoriana de Zidane. Son los baluartes del equipo blanco. «El pasillo de seguridad» que bien definía Luis Aragonés.
Ellos son los que trasladan al grupo las sensaciones que el técnico comparte con ellos, veteranos en sus títulos compartidos.
Ramos ha sido el jefe de campo de Zinedine desde que debutó en el banquillo el 4 de enero de 2016.
Varane se ha formado en la casa y el actual entrenador le ayudó siempre, desde antes de ser el responsable del banquillo, para que triunfara.
Benzema se apoyó siempre en Zizou para superar sus crisis, desde 2011, cuando Mourinho le hacía sufrir ante Higuaín.
Casemiro debutó en marzo de 2016 con Zidane y desde entonces es imprescindible como zapador del esquema.
Marcelo le debe su continuidad en el Real Madrid, tras ser discutido durante la temporada pasada. El francés le quiso a su lado, pidió tiempo para recuperarle y aquí sigue.
Y Hazard ha intentado venir al Real Madrid desde 2016, apoyado por Zidane, y por fin lo consiguió.
La situación de Zinedine Zidane en el Real Madrid era complicada y su continuidad cuestionada tras la derrota en Mallorca y los capitanes y guardianes dieron el do de pecho en Estambul para ganar la crisis.
No comparten que el entrenador francés sea culpable y rechazan que las críticas vayan de una forma tan directa hacia Zizou. Forman la guardia pretoriana de Zizou. Sergio Ramos, Marcelo, Benzema, Casemiro, Hazard y Varane le defienden porque es un entrenador que dialoga para resolver los problemas. Decide, cambia, pero sin broncas ni nepotismo.
Zizou sabe que se equivocó en Mallorca al realizar tantos cambios que dejaron al conjunto desequilibrado. Debe aprender de los errores.
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