Llevamos meses hablando de las posibles contrataciones del Real Madrid para el centro del campo, pero pocos han pensado en esta variable que ahora parece muy viable, centrada: ¿Y si el verdadero fichaje es James?
(James trabajó de manera espléndida cuando se quedó en Valdebebas al no ser convocado a los partidos de Salzburgo y Roma)
Zidane tiene casi decidido llevárselo a Vigo tras un verano en el ostracismo. Hay varias claves para este cambio de situación:
La primera es que el colombiano lleva dos semanas maravillando en los entrenamientos.
La segunda es que se observa un cambio de actitud absoluta en el jugador y estas dos virtudes han llenado a Zidane.
(El porvenir del colombiano puede dar un cambio radical; ha dado un recital de entrega y finura en las sesiones de entrenamiento y Zidane piensa ser justo y objetivo con él; el porvenir del colombiano puede dar un cambio radical)
Y la tercera es que James ha dado un recital de entrega y finura en los entrenamientos de Valdebebas. Y su continuidad aporta una gran ilusión al madridismo, que le considera un futbolista muy válido para el Real Madrid.
Los últimos catorce días de trabajo del colombiano han sido un espectáculo. Pese a sufrir los golpes anímicos de quedarse fuera de las convocatorias para los partidos de Salzburgo y Roma, James se entrenó esos días con una fe digna de un joven que desea triunfar. En Valdebebas están maravillados con James. Y Zidane piensa ser justo y objetivo con él.
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