El Real Madrid como club y el madridismo en general tienen un árbitro como el gran enemigo del club, demostrado tantas veces con sus hechos: el canario Hernández Hernández.
Este árbitro ha perjudicado ostensiblemente al Real Madrid a lo largo de la historia. Siempre le ha pitado en contra. Su barcelonismo es conocido. De hecho, perjudicado tantas veces por este colegiado, el club hace ya años dejó entrever en comentarios informales a la Federación que no era de recibo que este árbitro, conocido barcelonista en todas las islas Canarias, tenga la indignidad de arbitrar los partidos del Real Madrid.
Decimos que no es digno que pite los partidos del Real Madrid porque habitualmente ha arbitrado en su contra y le ha perjudicado de la marea muy grave.
Recordamos un clásico en el que se inventó un penalti a favor del Barcelona por un tropezón y no señaló un clarísimo penalti cometido por Jordi Alba a Marcelo que clamó al cielo y que no se señaló nada. En otro clásico también en el Camp Nou se anuló un golazo de cabeza a Bale sin saberse por qué.
Entre Hernández y Hernández y de Burgos Bengoetxea, que armó el jaleo de Cristiano, los colegiados han perjudicado gravemente al Real Madrid siempre en los duelos con el Barcelona ¿Por qué tienen tanto miedo a pitar las saciones al Barcelona? ¿Por qué Luis Suárez, el jugador más antideportivo de la liga española, no recibe expulsiones nunca cuando debería llevar cinco o seis?
Ahora Hernández Hernández amenaza con dirigir el Betis-Real Madrid. Me parece una decisión bastante sectaria e imprudente por parte de esta Federación Española de Fútbol y su comité de árbitros que aboga por acabar con el Villarato. Las actitudes de este comité, tanto con el VAR como con las decisiones arbitrales y las designaciones arbitrales, parecen que siguen la misma línea del Villarato. O peor.
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