Ha recuperado la sonrisa desde hace varias semanas. Asume que ahora es el momento de rendir en su equipo y que la mejora de su contrato, que llegará, debe negociarse y producirse en el verano. Cristiano se ha centrado en marcar goles y ha vuelto a funcionar como es habitual. Suma veinte goles, nueve en Champions y ocho en Liga, y sabe que el primer contrato que debe rubricar es la eliminación del PSG en los dos enfrentamientos del 14 de febrero y 6 de marzo. Su mejora de la ficha vendrá en julio, ahora toca mejorar el nivel del Real Madrid. El cuerpo técnico se ha enfrascado en una pretemporada de enero que ya ofrece resultados.
Cristiano quiere continuar en el Real Madrid y retirarse en el Real Madrid. Lo ha manifestado. El club le propondrá una nueva ficha en julio. Ahora toca ganar. Y ganarse aún más ese aumento económico. Si vencen al PSG, muchos callarán. Si el Madrid deja K.O. a un rival que ha invertido 400 millones en Neymar y Mbappé, el respeto al club blanco volverá por parte de muchos que no le han respetado porque no les gusta la seguridad que emana del Real Madrid. Llaman prepotencia a lo que es personalidad y confianza en sus posibilidades. Y no pueden admitir que un club diga, nada más ganar cada Champions, que persigue ya la siguiente. Lo que molesta es que es un equipo ganador.
Cristiano también es un ganador. Por eso quiere retirarse en este club. Por eso molesta también a los perdedores crónicos. Y que juegue en el Real Madrid y triunfe es una dualidad insoportable para quienes solo quieren que el mejor equipo del mundo pierda. Pues Cristiano y el Madrid van a seguir casados. Y el día de los enamorados quieren crear un divorcio total en el PSG, que visita la catedral del Bernabéu con Neymar enemistado con la afición del equipo parisino y odiado por el resto de aficiones francesas. El Real Madrid le abre las puertas para que juegue junto a Cristiano en el futuro. Es lo que desea el brasileño.
Otros temas
