Durante muchos años vimos en España cómo nuestros clubes no valoraban la Copa Intercontinental. Si se ganaba, magnífico, pero si se perdía, se tapaba y no pasaba nada. El Atlético de Madrid ganó la Copa Intercontinental porque el Bayern se negó a disputarla. Se menospreciaba la victoria sobre el campeón suramericano, mientras allí, al otro lado del gran charco, se consideraba fundamental vencer al campeón europeo, para demostrar que el dinero era de Europa pero los jugadores eran de América.
El Real Madrid nunca despreció este trofeo. De hecho, ganó el primero ante el excelso Peñarol, un grande de América, en 1960. También venció en 1998 y 2002. Y lamentó perder en el año 2000. La entidad madridista siempre quiso triunfar en el gran torneo universal del fútbol de clubes.
Ahora, la competición se ha convertido en todo un Mundial, con la participación de los ganadores de Asia, África, América del Norte y Oceanía. Y el Real Madrid atacó siempre la competición con la entrega total para proclamarse campeón del mundo. Florentino Pérez se lo expuso claramente a todos los entrenadores y futbolistas desde que llegó a la empresa blanca en el año 2000. Este club es el mejor del mundo, el más afamado del planeta y no puede decepcionar a sus más de mil millones de simpatizantes en el mundo. El Real Madrid luchará siempre por conquistar todos los torneos de carácter internacional que miden su nivel en todo el planeta.
Con esa premisa, el Real Madrid del siglo XXI se adjudicó los Mundiales de 2002 (la Copa Intercontinental se ha equiparado al nuevo formato), de 2014 y de 2016. Y el equipo de Zidane voló ayer por la mañana a los Emiratos Árabes Unidos con el fin de conseguir su sexto título Mundial de Clubes. Desde allí, Zidane y sus pupilos observarán con atención y tensión el sorteo de Champions que se celebra hoy. Florentino Pérez desea adjudicarse su cuarto título Mundial. Viajará mañana a los Emiratos. El equipo blanco buscará en Abu Dabi el segundo Mundial de Clubes consecutivo y el sexto de su historia. El equipo español es la entidad que más veces se ha proclamado campeona del mundo. Ya ha superado los cuatro títulos del Milán. Y anhela ampliar su reinado a escala universal.
El Real Madrid ganó con el nuevo formato del torneo en 2014 y 2016. En esta última edición fueron tres goles de Cristiano los que permitieron al cuadro español convertirse en pentacampeón del mundo. Ahora, Ronaldo lidera al Real Madrid, con su quinto Balón de Oro, para decidir también el sexto. Será difícil, porque todos los rivales desean vencer siempre al mejor equipo del mundo, como demostró el Kashima japonés el año pasado, al forzar la prórroga y exigir que el astro portugués sacara todo su arsenal y sentenciara con tres dianas el 4-2 definitivo y el quinto cetro Mundial. Para el Real Madrid es fundamental ganar el sexto título. Es clave para extender su liderazgo, para engrosar su palmarés, para hacer crecer su gran prestigio en el orbe.
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