Dani Carvajal, la ambición infinita formada en La Fábrica

Reconoce con una sonrisa que cuando era un chaval de la cantera se dejaba el pelo rubio para emular a Míchel Salgado, su ídolo. Porque Dani Carvajal jugó de lateral diestro desde que entró en la cantera blanca con diez años y esa demarcación, como dice él, le encantó. Subir y bajar, atacar y defender a toda velocidad. Dani es competitivo desde que empezó a jugar al fútbol en el barrio. Esa biología era, es, la ideal para militar en el Real Madrid.
El canterano afirma que el club le enseñó una escuela de valores, de vida, y que la casa debe sentirse orgullosa de impregnar a los futbolistas con esa formación para luchar hasta el fin por todo en la vida. Carvajal pregona una ambición sin límites, la que inculca el Real Madrid. Quiere ganar la duodécima y ya avisa a sus compañeros que, si ganan la Champions el sábado, deben plantearse con energía que deben ir a por la decimotercera con decisión, para marcar una época.
El madrileño no se conformará nunca. No se aburguesará. Quiere que el Real Madrid marque una era como la de Alfredo di Stéfano. Carvajal ha ganado dos Copas de Europa, anhela celebrar el sábado la tercera y ya piensa en la cuarta. Así modela el club a sus jugadores. Dice el mejor lateral derecho del mundo que entre 2014 y 2020 este Real Madrid debe ser histórico.
Muchos futbolistas del equipo manifiestan que Ramos parece un canterano, por su ansia de ganarlo todo. Carvajal siente que el capitán tiene el carácter formado en La Fábrica de Valdebebas. Hace unos meses, el sevillano ganó la carrera de coches de Audi, en el día de fiesta de la marca automovilística y el Real Madrid, adelantando por los pianos. Dani es igual. Vencer como sea, siempre con respeto al rival.
Lucas, Morata, Nacho, Kiko Casilla, Carvajal, todos están hechos de la misma pasta. Ambición. Altas miras. El lateral reflexiona que esa pelea hasta el minuto 93 para marcar un gol se trabaja desde los benjamines, no es suerte. Como dice Zidane, en el fútbol no existe la suerte, la fortuna se construye. Dani tiene un lema de vida forjado en Valdebebas: No rendirse jamás. Así los quiere el club. Así los desea Zizou.