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Blogs Tiro al blanco por Tomás González-Martín

El regreso de Benzema

Tomás González-Martín el

No hay nada mejor que la competencia para excitar el rendimiento. Es un arma que el Real Madrid ha utilizado eternamente para sacar lo mejor de cada estrella. Van Nistelrooy fue la competitividad de Raúl y de Higuaín. Ronalo Nazario de Lima fue la competencia de Raúl y de Morientes. Hoy, Morata ha incitado a Benzema, como James incita a Isco. Danilo suscita el rendimiento total de Carvajal. Nacho y Pepe exigen a Varane. Y Kiko Casilla hizo ponerse a tope a Keylor. Es la historia del Real Madrid. Su savoir faire. Su sabiduría para exprimir el talento de sus futbolistas y conquistar once Champions, más de treinta Ligas, una veintena de Copas, un Mundial de Clubes, tres Copas Intercontinentales, Supercopas de Europa, Supercopas de España y aquellas Copas Latinas que fueron el preludio de la Copa de Europa.
Morata ha provocado el regreso del mejor Karim. La presión del canterano ha supuesto que el francés tuviera que superar su lesión y emplearse física y mentalmente a fondo para volver a ser el que fue. Porque si Benzema no recupera su esencia, perderá el puesto. No ya por Morata, sino por un cambio de sistema que coloca al Real Madrid en un 4-2-3-1 con un solo punta que es Cristiano, con Bale por la izquierda y dos pivotes. Benzema necesita rendir para entrar en el once. Y lo hizo en Lisboa a la vieja usanza.
El nueve volvió a rendir jugando también de diez, que es su posición natural. Benzema es un organizador de fútbol de ataque, un hombre que disfruta más dando pases de gol que marcándolos. Muchas piensan que si se hubiera dedicado a rematar con ambición llevaría cien dianas más y Cristiano cien menos. La diferencia es que el portugués tiene ese ansia del gol como objetivo de vida, es un matador, y Benzema no es así. Nunca lo será. Prefiere crear, buscar el centro medido, combinar el fútbol. Lo hizo de nuevo en su reaparición en Lisboa. Su juego fue excelente. Salió y el Real Madrid fue otro. Volvió a tener el balón y a buscar la victoria. Karim fue el cerebro que le hacía falta al equipo. Ha vuelto. Y el Real Madrid le necesita.
Este es el Benzema que Zidane esperaba. Importante, activo, retrasado para generar balompié como el número diez que es realmente. Y capaz de crear ese juego para después, despistados los defensas rivales, subir al ataque y rematar de cabeza el gol decisivo. Es raro ver al francés en una acción de anticipación de cabeza. Lo demostró. La presión de Morata y de Lucas consigue objetivos insospechados. Es la sabiduría de ciento catorce años del Real Madrid.

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