El pique obsesivo de Piqué

Cómo duelen las Champions cuando no las gana uno y las conquista el máximo enemigo. Ese rival eterno al que odias desde pequeño, porque desde que naces escuchas en el colegio que el Real Madrid es muy malo y que el Barcelona, pobrecito, es víctima de las máximas injusticias mundiales, de ahí su pobreza económica. En la escuela nacionalista imperante en Cataluña escuchas que al Real Madrid le han ayudado siempre los poderes políticos, desde Felipe II hasta Fernando VI. Que ganaba gracias a eso, no a que Kopa, Puskas, Gento, Marquitos, Juanito Alonso, Miguel Muñoz, Di Stéfano, la quinta del Buitee, Hugo Sánchez, Zidane y ahora Cristiano y Bale tuvieran alguna virtud futbolística.
Esa masacre mental constante durante quince años de colegio ha fomentado que chicos como Piqué sufran madriditis compulsiva. Miren si hay que estar obsesionado futbolísticamente con el Real Madrid para que, ganando la Liga y Copa dos años consecutivos, sus mejores declaraciones sean que “el Barcelona es, con diferencia, el mejor equipo del país”.
Lo dice porque sabe que las dos Champions celebradas por su odiado Real Madrid en tres años han convertido a los blancos en el mejor equipo de Europa y del mundo en esta segunda década del nuevo siglo. Y sabe que el barcelonismo, enfermizo de blanquitis aguda, ya no puede decir el viejo tópico irónico de que el Real Madrid fue el mejor club en blanco y negro, sino que también lo es a todo color. Y sabe que, por mucho que nos quiera vender otro mensaje, la Copa de Europa es la que marca la diferencia. Piqué lo sabe, porque el Barcelona ha ganado cuatro en los últimos diez años y ese título es el que te otorga el reconocimiento universal. Lo demás son pamplinas de Las Ramblas.
Y Piqué sabe que el Real Madrid ganó el Mundial de Clubes en 2014 y que volverá a ganarlo en diciembre de este año, porque los equipos europeos que ganan la Champions son superiores a lo suramericanos salvo contados momentos y excepciones. Y eso duele. Porque el Real Madrid ha levantado ya la Supercopa de Europa y levantará el Mundial en diciembre, preludio del cuarto Balón de Oro de Cristiano. y eso molesta. Pica, Piqué, pica.
Piqué ha demostrado ser español y sus padres han dado ejemplo de esa españolidad, pero Gerard Piqué sufre una madriditis que se encuentra muy extendida en el barcelonismo ancestral. Porque Piqué decía que el Barcelona era el mejor equipo del mundo cuando ganaba la Copa de Europa, porque había conseguido el título más importante. Y ahora, cuando todos sabemos que la Liga y la Copa no es suficiente si tu máximo rival gana la Champions, nos sale con el mensajito de la relevancia suprema del doblete español consecutivo de su club. Vaya por Dios. La única verdad es que el Barcelona se ha reforzado con una inversión de 150 millones, incluidos Cillesen y Alcácer, porque sabe que para ganar la Champions necesita muchos refuerzos. Y la Copa de Europa es ahora patrimonio del Real Madrid.
No está mal ganar dos Copas de Europa de tres en ese club que decían que no tiene proyecto. Y eso duele. Pica, Piqué, pica. ¿Por qué el barcelonismo habla siempre del Real Madrid hasta en las victorias?
Roberto Fernández, exjugador del Barcelona y del Valencia, ahora director deportivo azulgrana, decía siempre que no entendía que el barcelonismo se riera o se fijara en las derrotas del Real Madrid en vez de centrarse en el éxito del Barcelona. Veía un complejo histórico. El consuelo de tontos de regodearse en una derrota madridista.
Roberto, eso no ha cambiado ni con el Barcelona que ha ganado más títulos en su historia. A ver si consigues cambiarlo. Aunque parece imposible. No hay operación ni tratamiento para eliminar la madriditis compulsiva.