Se creen el centro del mundo porque su liga paga más dinero que nadie y no se dan cuenta que el trato, el respeto y la importancia de un club no se mide por el dinero. El Manchester United maltrata a David de Gea porque el guardameta se ha negado en dos ocasiones a firmar un contrato por seis años que le aportaría mucho más dinero que la ficha que percibiría en el Real Madrid. No entienden que en el fútbol no todo es dinero. Y es Van Gaal quien pone al portero español contra las cuerdas al dejar entrever que se ha negado a jugar. Es una mentira tan gruesa como su cabeza. Ahora sí que podemos decirte, Louis, que eres ¡siempre negativo!, como tu le decías a la prensa española en Barcelona en una de tus etapas en el club azulgrana.
Bien sabes, Van Gaal, que De Gea nunca se ha negado a jugar. Otra cuestión es que tú le pongas diariamente a los pies de los caballos que recelan diciendo que no se encuentra anímicamente bien para ocupar la portería del Manchester United. Desde que el holandés calentó el caso, De Gea falló ante el PSG en el amistoso disputado en Estados Unidos. La imagen de esa situación hace pensar mal. Parece que Van Gaal buscaba presionar al límite al cancerbero para hacerle fallar y criticar su rendimiento y su estado anímico.
Las declaraciones constantes del entrenador buscan una reacción dialéctica errónea del futbolista. Que explote. Que se exceda en su respuesta. Para poder sancionarle, declararle en rebeldía y pedir más dinero por su traspaso. Ed Woodward, director ejecutivo del United, pretende que el chico estalle contra Van Gaal para forzar al Real Madrid a sacar al jugador del escándalo y obtener 40 millones de euros de traspaso. David se contiene. Lo pasa mal. Contenerse ante tanta crítica pública de tu jefe es difícil. Jorge Mendes le pide a David que se muerda la lengua y no hable. Que aguante. Que soporte. El objetivo es conseguir que toda esta bomba recalentada por Van Gaal explote en veinte días. Y que la onda expansiva lleve a De Gea al Real Madrid el 1 de septiembre.
Hay que decirle las cosas bien claras a Van Gaal. El guardameta no puede decírselas porque no sabe si continuará un año más en el Manchester United y no es cuestión de quedarse como suplente. Que sepas, Louis, que la primera razón de la negativa del mejor futbolista del equipo para renovar has sido tú. Tú dudaste de él hace un año. Quisiste fichar a Keylor porque De Gea no era tu portero idóneo. Desde ese momento, el madrileño de Illescas decidió marcharse. Hace un año ya. Y fichó a Jorge Mendes para lograrlo. Aquellos barros generaron estos lodos. La segunda causa de su deseo de irse es que la oferta del Real Madrid de ser el sucesor de Casillas es un reto ineludible para un español. Erigirse en el guardameta que marque una nueva época en el club más famoso del mundo es un objetivo irrechazable.
Pero todas estas metas no se habrían producido si Van Gaal hubiera contado con David como cancerbero principal. Dudó de él. Quiso a Keylor. Abrió una brecha. Una herida. Sigue abierta. Y De Gea busca curarse en el equipo más importante del planeta. Sí, Woodward, por encima del United. Si, Van Gaal, por encima del equipo más prestigioso de la Premier. La culpa la tienes tú. Y el Real Madrid. Porque la llamada del Real Madrid es imposible de desestimar. Aunque cobres menos dinero. El portero ha tenido la dignidad de negarse a renovar por el United, aunque le pague mucho más dinero, porque se siente mejor valorado por la entidad madridista. En la casa blanca no tendrá un entrenador que le ponga cada semana ante la diana. Esa es la diferencia. La dignidad que demuestra David se paga muy cara. Hay que ser valiente para mantenerla mientras todos los exjugadores del United dicen diariamente en la prensa inglesa que no comprenden por qué no renueva. No quieren infectar la herida interna: el culpable lo tienen en casa, en Old Trafford y se llama Van Gaal. El Real Madrid nunca tratará así a uno de sus futbolistas. España es diferente, sí, pero para mejor.
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