Florentino Pérez y Sergio Ramos se reunirán en las próximas horas para hablar claro sobre los malentendidos surgidos por las desavenencias económicas de su renovación. Un distanciamiento entre el club y el capitán que comenzó hace un año, al negociarse la extensión de su contrato nada más conquistar la Champions. Han sido las diferencias de valoración dineraria las que han larvado esta situación. Ahora, el presidente y el defensa deben dialoar con sincerdiad para superar las divergencias. El objetivo del dirigente es conseguir la continuidad de Sergio más allá de 2017, cuando finaliza su actual acuerdo.
El jugador ha manifestado oficiosamente, porque oficialmente no puede negociar con otro club, que tiene una oferta del Manchester United por once millones anuales. Florentino Pérez le ofrecerá ahora ocho millones netos anuales, más bonus, por un convenio de cinco años, hasta 2010, cuando tendrá 34 años.
El pacto económico definitivo podría cifrarse en esa cifra o incluso en nueve millones anuales. Falta por pactar sus relaciones personales. El distanciamiento entre el futbolista y la entidad debe ser aclarado y solucionado. Ramos vino al Real Madrid en 2005, con 18 años, de la mano del presidente, y esa cercanía no puede olvidarse. Deben tener altura de miras. Sergio es un talismán del Real Madrid y no se puede ir, en todo caso lo hará en 2017, solo por dinero. Sería muy triste. El sevillano es un baluarte del Real Madrid y debe continuar. Tras hablar con el presidente, debe pronunciarse públicamente. Decir lo que hará en el futuro. El club le cataloga como intransferible. Solo podrá marcharse ahora si el Manchester abona los 200 millones de la cláusula. Pero es mejor jugar a gusto, con todo hablado y aclarado.
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