Durante las tres próximas semanas dedicaré algunas entradas de este blog «Por Tierra, Mar y Aire» a un viaje que llevaré a cabo por EE.UU. como partícipe de un programa de intercambio cultural-profesional: «International Visitor Leadership Program» que, con el patrocinio del Departamento de Estado de EE.UU. y World Learning, versará sobre el sistema político estadounidense.
Y, claro está, la Defensa y cuestiones relacionadas con EE.UU. en este ámbito y las relaciones internacionales, también tendrán su hueco. Sin ir más lejos, inicio en Washington DC una primera referencia (recién aterrizado) dedicada a los memoriales de la Segunda Guerra Mundial, la guerra de Corea y la de Vietnam presentes en el paseo trazado desde el obelisco frente a la Casa Blanca (Monumento Washington) y el memorial en honor a Abraham Lincoln.
«Freedom is not free» («La libertad no es gratuita») puede leerse en el muro del memorial erigido para honrar a los fallecidos en la guerra de Corea (1950-1953) y sus veteranos, grupo este en general que goza de gran influencia, respeto y aceptación en la sociedad estadounidense.
«Freedom is not free»: «Estas cuatro palabras reflejan el sentimiento de los hombres y mujeres que sirvieron en la guerra de Corea, así como aquellos que pelearon y se sacrificaron para preservar la democracia en la historia de nuestra nación», puede leerse en el folleto explicativo del memorial, repleto un domingo de turistas.
Asimismo se reconoce que aquella guerra en Corea, bajo bandera de la ONU, «no fue vista a su fin como algo a recordar y honrar». Una guerra, la primera de la Guerra Fría, que acabó con la división de la península de Corea en un norte comunista y un sur capitalista. Dos coronas de flores de una promoción universitaria de Corea del Sur recuerdan en las inmediaciones del monumento que sí valió la pena aquella libertad que tenía un precio.
El memorial de la guerra de Corea lo conforman 19 estatuas de acero inoxidable que representan a 19 soldados en una patrulla. Está ataviados con ponchos que dan cuenta de la crudeza y los escenarios de barrizal, lluvia y emboscadas que debieron encontrarse en aquella contienda. En los muros de granito adyacentes se leen el nombre grabado de los 22 países que enviaron tropas o apoyaron médicamente a Corea del Sur.
Tras su aprobación en 1986 por el Congreso, fue finalmente inaugurado en 1995 por los presidentes de EE.UU. y Corea del Sur, Bill Clinton y Kim Young Sam. En Corea perdieron la vida unos 36.500 soldados estadounidenses, nos explican.
SEGUNDA GUERRA MUNDIAL Y VIETNAM
En las inmediaciones, en la zona del Mall, se pueden visitar también los memoriales de la Segunda Guerra Mundial (inaugurado por George W. Bush en 2004) y el de Vietnam (1982). Este último impresiona especialmente al poderse leer, grabados sobre los muros de mármol, todos los nombres de los soldados de EE.UU. fallecidos en una larga guerra
Estos memoriales forman parte de la red de 390 Parques Nacionales de EE.UU. Ahora también se discute, a nivel político, sobre la posibilidad de erigir otro memorial para recordar a la guerra contra el terrorismo iniciada por EE.UU. tras los ataques del 11-S.
«Freedom is not free». Ahí queda el mensaje, políticamente incorrecto donde los haya.
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