La misión en Letonia no es corriente para un país como España. Alejados del Mediterráneo, Oriente Medio o África -de donde teóricamente provienen las amenazas y riesgos de inestabilidad- unos 350 militares españoles participan desde hace dos años en el despliegue disuasorio de la OTAN frente a una hipotética amenaza de Rusia.
Es la misión conocida como «Presencia Avanzada Reforzada» o eFP por sus siglas en inglés («Enhanced Forward Presence»). Fue lanzada por la Alianza Atlántica en la Cumbre de Varsovia (2016) como respuesta a la anexión de Crimea por parte de Rusia (2014). De repente, países como Estonia, Letonia, Lituania o Polonia revivieron viejos fantasmas anteriores a la caída del Muro de Berlín y el desmoronamiento de la URSS. Es una misión que nos devuelve a la Guerra Fría.
Además, esta es la primera vez en 30 años de operaciones militares en el exterior que el Ejército de Tierra emplea carros de combate Leopardo (6) y vehículos de combate de infantería Pizarro (14). Y nada menos que a 200 kilómetros de la frontera de Rusia. Es decir, material de guerra pesado. Un despliegue completado con otros 60 vehículos de combate de zapadores (VCZ), de transporte oruga acorazados (TOAs), vehículos con misiles contracarro Spike… Todo un esfuerzo solidario en la lejana frontera noreste de la OTAN… y la UE.
«La misión tiene dos componentes principales: disuasorio y defensivo. Ambos están íntimamente relacionados. Como siempre resalto, disuadimos preparándonos para defender», explica el teniente coronel Fernando Ávila Muñoz, actual jefe del contingente español que en su mayoría proviene de la Brigada «Extremadura» XI, con base en Bótoa (Badajoz).
Disponibilidad permanente
De julio hasta el próximo enero, esta quinta rotación de la misión estará lista para responder ante cualquier amenaza dentro del batallón multinacional que lidera Canadá. Junto a canadienses y españoles, Italia, Albania, República Checa, Polonia, Eslovaquia y Eslovenia aportan efectivos «solidarios». En total, todos conforman un Grupo Batallón («Battlegroup») de unos 1.400 efectivos de la OTAN instalados en la base de Adazi. En Estonia, Lituania y Polonia hay otros «battlegroups» liderados por Reino Unido, Alemania y EE.UU., respectivamente. Unos 4.500 efectivos de una veintena de países de la Alianza Atlántica.
«Fight tonight» o, lo que es lo mismo, listos para «pelear esta noche» es uno de los mantras del teniente coronel canadiense que lidera el batallón multinacional en el que se encuadra España en Letonia: «Sin poder entrar en detalles, le diré que tenemos una disponibilidad permanente, especialmente los componentes del “battle broup” y las unidades logísticas de apoyo», explica a ABC el teniente coronel Ávila en conversación telefónica.
Ejercicios con carros de combate y maniobras de infantería acontecen este fin de verano en la base de Adazi con el objetivo de tener engrasada la maquinaria de los nuevas unidades militares llegadas en julio. Después, tendrán lugar maniobras más complejas con artillería y fuegos.
Todo con el objetivo de tener unidades militares cohesionadas, interoperables y preparadas permanentemente para actuar en apoyo de las Fuerzas Armadas de Letonia. ¿El fin? Que el mensaje sea evidente para Moscú: en caso de ataque, todos los países de la OTAN allí desplegados responderán en una primera oleada.
Una de las preocupaciones crecientes de la misión aliada en el báltico es el creciente intento de operaciones de influencia por parte de las fuerzas rusas. Son los ciberataques y operaciones de difusión de noticias falsas.
Sirva como ejemplo el caso por el cual se extendió el bulo de que soldados alemanes habían violado a una joven lituana, de origen ruso, en febrero de 2017, en el inicio del despliegue alemán en este país. El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, tuvo que salir a desmentir la noticia falsa, algo que se consideró como parte de una estrategia de desmoralización y manipulación por parte del Kremlin.
En Riga, la OTAN emplazó su centro de excelencia de Comunicación Estratégica (StratCom), que analiza cómo combatir este tipo de bulos; mientras que en Tallin (Estonia) se encuentra el centro de excelencia de Ciberdefensa.
«Evidentemente seguimos con interés militar la preparación de las unidades rusas, que llevan a cabo sus programas de instrucción y adiestramiento al igual que otros ejércitos. En otros planos, como el de ciberdefensa, sabemos que los rusos son particularmente activos, y eso lo hemos tenido en cuenta en nuestra preparación, con diversas medidas destinadas a minimizar el impacto de estas actividades sobre las nuestras, pero también cuando planeamos y ejecutamos ejercicios aquí en Letonia», reconoce el teniente coronel Ávila.
Junto a las operaciones de influencia rusas, el otro quebradero de cabeza -¡cómo no en estas latitudes!- es el «general Invierno», aunque este 2019 fue más suave de los esperado. No obstante, el contingente español se adiestra para el peor de los escenarios. Esas temperaturas pueden alcanzar -30ºC.
Entre los ejercicios para adiestrar en el frío a los infantes de la Brigada «Extremadura» se encuentran tácticas de supervivencia durante cinco días con un pelotón. Dependiendo del periodo, puede incluir marchas por la nieve de 10 kilómetros a -9/-10ºC, atravesar ríos con tirolinas, prender fuego con yesca o madera, construcción de refugios provistos de un hacha y un machete o la evacuación de un combatiente por hipotermia.
Los efectos sobre el material, vehículos y carros de combate también se preparan. Un ejemplo: mientras que en España los carros utilizan dos tipos de carburantes (gasoil de verano y otro de invierno que sirve hasta temperaturas de -15ºC), aquí utilizan solo uno, el Artic 1, que permite operar en condiciones de hasta -30ºC.
Lejos de los escenarios típicos de las misiones en el exterior, la misión de Letonia es atípica para las tropas españolas. Uno de los mayores compromisos actuales con la OTAN.
IMÁGENES DEL EJERCICIO «REAPER STRIKE»
Operaciones en el ExtranjeroOTAN