Hoy publicamos en la edición dominical de papel una pequeña entrevista con el general Carlos Aparicio Azcárraga, rango más alto de las Fuerzas Armadas desplegado en Afganistán. Su cargo en la misión ISAF-OTAN es el de adjunto al jefe de Estado Mayor para comunicación. Su despacho se halla en la base del ISAF Joint Command (IJC), uno de los dos cuarteles generales de la OTAN en Kabul. El ICJ se encarga del nivel operativo-militar, mientras que el cuartel general de ISAF tiene un componente más político-diplomático. Nos recibe durante veinte minutos.
Aquí os dejo cuatro preguntas más enfocados a la situación afgana que se quedaron en el tintero. Un titular (este no es textual y por eso no lo entrecomillo): A partir de 2015 si no se apoya al Gobierno afgano… ojito, que los talibanes o señores de la guerra pueden volver.
Ahora sí, sus respuestas textuales:
-¿Ve preparadas a las fuerzas afganas para asumir el reto de la seguridad a partir de 2015?
-Las fuerzas afganas son la institución más preparada para asumir el reto de 2015. Pero otras instituciones, que son más importantes, igual no están tan preparadas. Esta situación puede debilitar la situación a partir de 2015.
-Se refiere al Gobierno afgano…
-Me refiero al resto de instituciones civiles. Es decir, las fuerzas armadas afganas tienen más posibilidades de fracasar sin un gobierno fuerte, sin un poder judicial fuerte, sin un poder legislativo fuerte.
-¿Sigue existiendo la maldición afgana de los señores de la guerra?
-Es parte de la realidad, pero no es toda la realidad. Aunque es verdad que los señores de la guerra siguen en los gobiernos e instituciones y tienen su cuota de poder que afecta a la distribución democrática y administrativa del poder. Pero también existe una nueva generación de jóvenes preparados y formados con nuevas ilusiones en el segundo y tercer nivel de los Ministerios.
-¿Cuál es el mayor temor para la OTAN ahora?
-La Alianza siente que su esfuerzo ha llegado a unas metas razonables y que es momento de cambiar. Prolongar por más años esta situación significaría no otorgar confianza a los que tienen que hacerse cargo de la situación, es decir, los afganos. Este país tiene muchas posibilidades de salir adelante pero también de fracasar. Ahora hay unas fuerzas armadas y policías bien formadas y equipadas, una generación con diez años de preparación y con mayor educación, un comercio incipiente. Pero también tenemos una presencia excesiva de los señores de la guerra, los programas de reconciliación no son aceptados. Hay muchas posibilidades de fracaso, el mayor temor es que haya un colapso del poder civil. Si el Gobierno afgano no es capaz de sostener una política, puede haber riesgo de fragmentación y liderazgos individuales dentro de las fuerzas afganas y, por tanto, podemos repetir la situación acaecida tras la marcha de los soviéticos cuando todos los señores de la guerra se enfrentaron entre sí. Podemos tener una nueva generación de señores de la guerra. ¿Hay una gran posibilidad de eso? Que sea la mayor de las posibilidades, desde luego que no. Pero, ¿debemos temerlo?, sí.
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