Skeldar V-200, de la empresa sueca Saab. Este es el primer UAS (sistema de aviación no tripulado) que adquiere la Armada española, en contrato de prestación de servicios (leasing), con el objetivo de que próximamente se utilice en el marco de la Operación Atalanta de lucha contra la piratería en el océano Índico.
Este “helicóptero no tripulado” viene a complementar los medios existentes en cometidos de Inteligencia, Vigilancia y Reconocimiento (ISR, en el argot militar) que hasta ahora viene desarrollando el avión P-3 Orión o el D.4 Vigma (este último actualmente desplegado, tratándose de una versión de patrulla marítima del CN-235 de Airbus Military).
El primer UAS de la Armada española “será operado y mantenido por personal de esa misma empresa adjudicataria del contrato”, reconocieron fuentes militares. Embarcará en los Buques de Acción Marítima (BAM), en buques anfibios y escoltas principalmente.
El Skeldar V-200 es un sistema aéreo no tripulado de despegue vertical especializado en labores de inteligencia y recopilación de imágenes para luego ser analizadas por el equipo de la Armada. El objetivo es “espiar” las bases y campamentos de los piratas somalíes así como ser utilizado en diversas operaciones en alta mar a una altura máxima de 3.500 metros (nunca de ataque pues no posee capacidad de armamento).
Características técnicas: 5,2 metros de longitud, 1,3 metros de alto, diámetro de 10 metros incluyendo hélices, llegando a alcalzar 140 km/h con un radio de acción de 100 kilómetros y una autonomía de seis horas. Una de sus ventajas es que puede ser operado por dos personas de Saab dentro del buque sin necesidad de material adicional o soportes para su despegue, indican desde la compañía.
“La Armada contempla dentro de sus necesidades para el presente ciclo de planeamiento militar dotarse de sistemas aéreos no tripulados de empleo táctico operables desde buques”, subrayan las mismas fuentes militares.
Asimismo para el siguiente ciclo de planeamiento, “y por lo tanto no es una necesidad urgente”, la Armada española prevé dotarse de vehículos submarinos no tripulados autónomos (AUV), complementando a la fuerza de medidas contra minas para asegurar la libertad de acción de la fuerza por aguas poco profundas (escenarios litorales, acceso a puertos, pasos angostos..), en donde el empleo de medios convencionales resulta difícil (fuertes corrientes, baja visibilidad, riesgo elevado…).
“Estos sistemas serán desplegables y operables desde diferentes plataformas de la Armada explotando el concepto de modulo de misión”, indican las mismas fuentes. Como vemos, lo “no tripulado” gana fuerza también en el ámbito naval. Sin ir más lejos este mes aterrizó por primera vez un UAV – el X-47B Unmanned Combat Air System – en la cubierta del portaaviones estadounidense “George HW Bush” tras un vuelo de 35 minutos.
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