¿Tenéis “agujafobia” y no os “pincháis” ácido hialurónico ni vitaminas porque os duele y os salen moratones fácilmente?
Para vosotros (y para mi, que la padezco) es Enerjet, un máquina que consigue que penetren los principios activos en la misma profundidad, pero disparando un chorro de alta presión en lugar de infiltrándolos, por lo que no duele ni la mitad (ni suelen salir cardenales).
Con este aparato, el médico puede introducir en la dermis (el mismo lugar al que llegan con las agujas) el hialurónico de baja densidad (si queréis un relleno más “grueso” ya tendría que ser con infiltración), silicio (un activo estupendo para reafirmar que, infiltrado pica mucho, y de este modo no), vitaminas de todo tipo o ingredientes para controlar el acné, con la ventaja añadida de que al disparar un “chorro”, el producto tiene más difusión.
“La administración mediante chorro automático crea un proceso de dispersión esférica de hasta 1cm de diámetro en la dermis, por lo que su campo de actuación es más grande, y la cantidad de dosis seleccionada para cada caso es controlada y estable”, me asegura el doctor Ernesto Pérez Hernández, el médico estético de Clínica FEMM y uno de los mayores expertos en esta tecnología.
(aquí se ve clarísimo la diferencia de la dispersión del producto con aguja y con chorro)
Además, como en el caso de la infiltraciones, genera microtraumas que ponen en marcha un proceso natural de curación que es, en definitiva, lo que hacen todas estas tecnologías: que nuestro propio organismo, al verse “agredido” se ponga a producir colágeno para defenderse y regenerarse. ¿Resultado? Nuestra piel se engrosa y tensa.
“Ofrece resultados desde el primer momento: a corto plazo, la piel consigue hidratación inmediata; a medio y largo plazo, el proceso de curación natural y remodelación dérmica genera un nuevo volumen y mantiene la hidratación”, asegura este doctor. “Es uno de los tratamientos más punteros y versátiles en medicina estética, pues permite al organismo activar la producción de colágeno y elastina de manera mucho más efectiva y menos agresiva que con otras técnicas”.
¿Más? Se utiliza también para el exceso de sudor, y para minimizar las cicatrices profundas, sobre todo las del acné y las estrías, con resultados como los que veis en estas fotos.
¿En qué zonas se puede hacer? En el rostro, cuello y brazos es lo habitual (se podría hacer el todo el cuerpo, pero saldría muy caro).
Y tiene la ventaja de que, al no producir hematoma, no impide tomar el sol, por lo que se puede hacer durante todo el año.
¿Desventajas? No es válido si lo que queremos son pequeños rellenos de zonas concretas (para eso la aguja es mucho más precisa y segura), y el chorro deja unas pápulas en la piel (micro bultitos) nada favorecedoras, que no remiten hasta pasadas entre 12 y 48 horas, según lo frágil o fina que sea la piel (yo lo probé en el escote, y algunas desaparecieron enseguida, pero otras las tuve casi dos días).
El precio por sesión son 390€ (es más caro que infiltrarse pero, al expandirse el producto, la dosis es mayor también y el resultado más duradero, por lo que con este sistema se requieren menos sesiones y más espaciadas en el tiempo). Y 3 sesiones (que son las recomendadas para tener buenos resultados), 900€.
¿Dónde? En Madrid, en Clinica FEMM (Velazquez, 22. +34 91 575 64 75) y la Clinica Estética Élite Láser (Paseo de las Acacias, 61. +34 91 560 01 11); y en Málaga, Clinica Inmaculada Matas (San Juan 6, Alahurin de la Torre. +34 692 319 309).
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