A pesar de estar inmersos en la era de la estética y la cosmética “de innovación”, soy una convencida de que nada modela un rostro como unas (buenas) manos.
Los masajes faciales deberían ser como el gimnasio: casi una “obligación” para mantener la estructura del rostro en forma. Si trabajáramos los músculos de la cara como hacemos con los del cuerpo, tendríamos los párpados, pómulos y óvalo en su sitio, o por lo menos, no sería tan vertiginosa su caída!! Estos pueden ejercitarse haciendo una serie de “muecas” a diario (pero la mayoría sabemos que no lo haremos) o con masaje.
Y no hablo de los masajitos que nos dan cuando nos hacemos un tratamiento facial (que son una delicia, eso sí). Hablo de los masajes profundos, hechos con manos expertas y certificadas que saben tocar en los puntos clave y en la dirección correcta, y a los que les dedican más de una hora de trabajo.
Hablo del kobido, el tratamiento antiedad no invasivo con más éxito en el mundo (aunque en España está poco implantado), por su relación eficacia/precio.
El significado de la palabra ya lo dice todo: “antiguo camino de la belleza”.
Este masaje viene de Japón y solo lo recibían las emperatrices y la familia imperial en el siglo XV (no sabían nada… querían para sí solas toda la belleza!!!)
Correctamente administrado –importantísimo que la terapeuta esté formada, sino puede tener el efecto contrario- , el kobido, ayuda a prevenir arrugas, e incluso las manchas, remueve toxinas del rostro, tiene efectos terapéuticos (en Japón se da en hospitales) y sobre todo, recupera la musculatura de la juventud.
¿La diferencia con los masajes occidentales? Que estos trabajan solamente la superficie de la cara, para relajar y restaurar los tejidos de la epidermis (que no está nada mal); y kobido trabaja también a nivel de los músculos, y los meridianos y los denominados “tsubos” faciales (o canales energéticos del cuerpo), consiguiendo activar los nervios de esta zona.
Por eso lo llaman el rey de los “liftings” naturales.
Con un tacto rápido, rítmico y con mucha más presión que el masaje occidental, combina movimientos del shiatsu, amasamiento, drenaje, digitopresión y sobre todo, técnicas de percusión. Todo eso exige una gran destreza con los dedos, por eso es tan importante dar con una buena especialista.
El kobido se realiza en cara, cráneo y cuello. Se inicia en la nuca y cuello, mejorando así la circulación de la sangre, para continuar con la percusión en la cara y trabajar la musculatura subcutánea y equilibrar el flujo de la energía vital (el ki) que, como bien hemos aprendido de la sabiduría ancestral Japonesa, si no está en armonía, puede dar lugar a dolencias y enfermedades, que se acaban reflejando en el rostro.
Y, ¿sabéis cuales son las mejores especialistas en kobido que he probado?
1- Empiezo por Aurora Reina, que pertenece a la 1ª promoción de kobido en España, y tiene unas manos increíbles! Lleva más de 15 años realizando este masaje rejuvenecedor (aunque también es experta en quiromasaje, masaje ayurvédico, masaje facial mioactivo y maderoterapia), y se nota!
Sus sesiones son de 70 minutos (50€), y hay gente que se duerme, gente que sale como una pila (conozco varios hombres adictos por este motivo) y gente que levita (mi caso). Pero además, después de hacerte la cara, parece que te ha pasado una plancha!!
Y utiliza cosméticos de fitoterapia, que “son tan naturales que podrías hasta comértelos”, como le gusta decir.
Si queréis verla en acción (merece la pena), podéis hacerlo pinchado en este video de un post de MaríaTalavera, a quien el descubrimiento de esta joya!!
La encontraréis en la Plaza República del Ecuador (Madrid). Para citas,(+34) 616 558 546.
2- Sigo on otra estupenda terapeuta, Natacha de Cortabitarte, discípula directa del Dr. Shogo Mochizuki, maestro de kobido en Japón. ¡Ahí es nada! Natacha fue la primera que me convenció de que esta disciplina no se conforma con eliminar una arruga o “alisar” una piel, sino que busca que los órganos encargados del estado de la piel y de hidratación funcionen correctamente, y gracias a eso, retrasemos el envejecimiento. Y de que libera la tensión bloqueada muchas veces en músculos faciales, que nos hace estar más tensas y, por tanto, más arrugadas (y feas).
Es increíble también verla trabajar y aquí os dejo un vídeo ilustrador.
Sus sesiones cuestan 60€, y el estudio está en la calle General Diaz Porlier, 87. 4 izqda, despacho 3 (Madrid). Tel: (+34) 667297936. Y también va cuando la requieren a la Unidad Bioenegetica de Sha Wellness Clinic (Alicante).
3 – Termino con Vhega Madrigal que no es terapéuta como las dos anteriores (es esteticienne y cosmetóloga), pero ha enriquecido con kobido sus estupendos faciales, que siempre terminan con ese “happy end”.
Ya os hable de los tratamientos de Vhega en este otro post de La Polvera, cuando ésta los realizaba a domicilio. Y os contaba que, lo que más me gusta de ella, es que en la misma sesión, deja resueltas todas las necesidades de la piel: limpieza de cutis (con vapor o corrientes), exfoliación (distintos tipos de peeling), hidratación (con mil mezclas de potingues que prepara), nutrición (utiliza partículas de platino), drenaje (todo lo aplica con masaje), firmeza (radiofrecuencia) y, ahora, gimnasia facial (kobido). Creo que son los faciales más completos que conozco!!
Las sesiones varían según lo que “pida” el rostro, y unas veces son de 90 minutos, y otras se alargan hasta dos horas!!
Su cabina la tiene en Alberto Alcocer, 26 (Madrid) y el precio es de 120€ (300, el bono de 3). Su teléfono para pedir cita: (+34) 606990336.
Ya me contaréis si os gustan tanto como a mi estas 3 “entrenadoras” del rostro. ¡¡Hasta pronto!!
NOTA: en este otro post de La Polvera os cuento más direcciones donde realizan kobido en otros puntos de España, como Barcelona, por ejemplo. Y además os añado otras de las que tengo buenas referencias: Bárbara Piris (trabaja en Club Wellnes by Kiara Kare, del Hotel Villamagna); Tesa Lordén (tiene cabina en su casa, Comandante Zorita,39. Madrid), el Spa del The Ritz-Carlton Abama (Tenerife), el Medical Wellness Hotel Villa Padierna (Marbella) y en los 22 clubs Metropolitan de toda nuestra geografía.
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