Con devotas como Kate Mara, Samantha Barks, Kirstne Wiig y Jessica Chastain,, esta firma húngara basada en los beneficios de las aguas de Budapest, encantará a las fieles a la cosmética termal y mineral.
Detrás de esta marca están Stephen y Margaret de Heinrich de Omorovicza (él húngaro, ella americana), una pareja que descubrió en su propia piel los beneficios curativos de las aguas termales de Budapest – se conoce como “Spa City”, por sus más de cien balnearios-, y decidió “envasar” este potencial.
Se pusieron en contacto con el Laboratorio de Dermatología de Hungría, ganador de un Premio Nobel y famoso por el descubrimiento de la vitamina C. Y empezaron a experimentar con técnicas de destilación de las aguas termales hasta que dieron con una tecnología (patentada) que reconfigura la estructura molecular de los minerales, provocando que se absorban a través de la epidermis y la dermis en niveles sin precedentes.
¿Qué aportan los minerales de excepcional a la piel? “Actúan para sanar los micro-daños, fortaleciendo la función de barrera y la defensa contra los radicales libres”, asegura Margaret. “Las cremas tienen un 60% de agua, pero la mayoría la incluyen destilada. Nosotros la usamos con todo su “caldo”. Como el “chip chup” de Avecrem, vamos.
(Entre 58 y 80 €)
¿El producto estrella? Thermal Cleansing Balm, un bálsamo negro de lodo medicinal procedente del lago Héviz (el mayor lago termal de Europa), que contiene cientos de hierbas que existieron hace miles de años y concentran, entre otros, ácidos húmicos y fúlvicos, capaces de expulsar las toxinas y metales pesados de las células de la piel y de sustituirlos por los antioxidantes presentes en el fango.
Según Margaret, a la que tuve el placer de entrevistar durante su paso por Madrid, esta línea es excepcional para mantener limpios los poros de la piel y, en consecuencia, cerrarlos. Y de esto, pueden presumir pocas firmas!!
Sus tratamientos se realizan en los Spas de los hoteles Four Seasons, Oberoi y St Regis, y los cosméticos están presentes en Bergdorf Goodman, Selfridges y Lane Crawford.
Y desde hace pocos días, en exclusiva, en Mi Calle de Nueva York, un rincón delicioso de la madrileña calle Barquillo que podría estar en las calles más sofisticadas de la Gran Manzana.
Tuve también la suerte (¡ay este trabajo tan duro…!) de probar uno de los 3 tratamientos faciales (95€) que van a realizar en su recién remodelada cabina, de manos de la formadora mundial de Omorovitzca. Y lo que más me sorprendió (es difícil valorar los productos en una sesión) fue la técnica de masaje que utilizan!! Es una modalidad diseñada por ellos, a base de palmadas, en las que sientes como la sangre se concentra en el rostro, y que la piel se levanta al nivel en el que estaba hace 5 años!
Aunque unos días más tarde todo volvió a su edad actual, mereció la pena el “subidón” del momento!!
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