Aunque no es nueva la técnica, sí es nuevo para mí, es lo bien que lo hace el doctor Camilo Esquivel.
Porque, aunque tenga 133 mil seguidores en Instagram, y sea una estrella en las redes – como lo es su mujer, la doctora Carla Barber que, por cierto, le gana en “followers” (204 mil)- a priori, no es mi estilo un medico estético tan mediático, porque me hace ver su trabajo menos serio (lo sé, son prejuicios).
Pero le conocí hace unos días y reconozco que he caído en sus redes (y no me refiero a las sociales).
Me sorprendió muy positivamente el trabajo tan bueno que hace con las narices de sus pacientes, y por eso os dejo un par de casos (en su IG y su web tenéis muchos más), porque estas imágenes hablan por sí solas:
La rinomodelación sin cirugía consiste en infiltrar ácido hialurónico en puntos concretos de la nariz para retocar o corregir las imperfecciones. Poniendo un poco aquí y otro poco allí, un medico artista (esta es la clave) puede transformar la forma de una nariz, sin necesidad de pasar por quirófano.
“La cara se basa en proporciones, y con la aplicación de este producto se puede llegar a conseguir que ópticamente, la nariz parezca mas pequeña o sea más simétrica, podemos mejorar la punta nasal y tener las aletas nasales no retraídas”, explica. “Al levantar esas zonas se puede obtener una nariz respingona y un dorso recto”, asegura Esquivel.
¿Ventajas frente a una rinoplastia? Es la solución para aquellos que tienen pánico a pasar por el quirófano, es prácticamente indoloro (el producto lleva anestesia incluida, pero no deja de ser molesto), es rápido (tarda en realizarse 5 minutos) y el paciente puede seguir haciendo su vida normal ya que lo peor que puede pasar es tener algún moratón o una pequeña inflamación.
¿La desventaja? Los resultados duran alrededor de 12 meses ya que el ácido se va reabsorbiendo progresivamente, y toca repetir cada año. “Algunos pacientes prueban primero con la corrección de su nariz con ácido hialurónico, y si les gusta cómo se ven con esa nariz, se animan después a hacerse una rinoplastia”, me decía este doctor, que es cirujano plástico.
¿Las limitaciones? No se puede reducir el tamaño, evidentemente, ni hacer cambios en áreas con alteraciones óseas. Esos casos requieren una intervención quirúrgica.
¿Dónde? Este doctor tiene clínicas en Madrid, Barcelona, Valencia y Bilbao, y me asegura que su equipo en esas ciudades está tan bien formado que es igual de bueno que él. “Tengo en mi Instagram casos de todas ellas para que los veáis, y son igual de sorprendentes que los míos”, me dice. Y sinceramente, os invito a verlos porque estoy segura de que os dejarán con la boca abierta (aunque precisamente sus bocas no son en absoluto mi estilo…).
Tratamientos
