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Blogs La polvera por Teresa de la Cierva

Claves para estar más guapa, más delgada, más sana y más feliz

Claves para estar más guapa, más delgada, más sana y más feliz
Teresa de la Cierva el

 

Enamorarte de ti es la primera clave de la belleza. Eso aseguran Blanca Holanda, entrenadora neuro-motivacional, y Mercedes Torre, terapeuta de medicina tradicional china, y ambas profesoras del taller “Las Claves del Bienestar” que recibí hace unos días en el Hotel La Torre Box-Art, un antiguo palacete del siglo XIX, rodeado de pinos y cipreses en plena Sierra de Guadarrama (a 40 kms de Madrid), que es para quedarte a vivir!!

 

 

En este cubo de cristal en plena naturaleza, nos reunimos un grupo de mujeres para aprender de estas dos expertas a encontrar las “llaves” para abrir algunas de las puertas de nuestra mente que tenemos cerradas, y que son las que nos llevan a no querernos, no gustarnos, no cuidarnos. Nos las dieron a través de varias charlas y algunos ejercicios prácticos (decoramos el espacio con mensajes positivos, bailamos al estilo Bollywood, nos tapamos los ojos con un antifaz  para concentrarnos… parecíamos niñas de guardería) que nos llevaron a dar con herramientas muy útiles para incorporar en nuestra vida y lograr por nosotras mismas, ser más felices.

 

 

Mercedes, que antes de experta en terapias orientales fue presentadora de televisión (a alguna os sonará de haberla visto en España Directo) se ocupó de la parte más didáctica, y nos transmitió buena parte de la sabiduría de oriente, para que la aplicáramos a nuestro cuerpo. Os dejo algunas de sus “píldoras”:

Desterrar frases como “soy gorda”, “mi cuerpo es así”, “mi organismo retiene líquidos y nunca adelgazaré”. Son lo que Mercedes llama creencias limitantes: damos por hecho que somos así y no hacemos nada para cambiarlo. ¿La llave para abrir esta puerta? Eliminar de nuestro vocabulario todas las palabras como “nunca”, “imposible”, “difícil”. Las palabras y frases tienen energía y si son positivas o negativas cambian la realidad. Modificando el vocabulario, podemos modificar muchas cosas de nuestra vida. Sustituyendo “nunca llegaré a…” por “conseguiré…” crea una realidad positiva. Y esta llave hay que aplicarla en todos los campos de nuestra vida, no solo para el físico.

Aprender a comer y vivir interpretando las señales de nuestro organismo. Hay alimentos muy sanos y poco calóricos que nos pueden caer como una piedra. Eliminémoslos. Tomemos de lo bueno, lo que nos sienta bien. Aplicando el sentido común, no el sentido de las modas. Por ejemplo, en invierno comamos alimentos calentadores (yang) y en verano, enfriadores (yin). ¿Cómo detectarlos? Con la lógica. El pepino es refrescante, y por tanto, baja la temperatura del cuerpo (y al fiebre, por cierto); el jengibre es picante, y la sube. Prioricemos los alimentos que calientan cuando estamos frías (tiradas en un sofá viendo la tele, por ejemplo) y que enfríen cuando estamos calientes (practicando algún deporte). La sopa miso (que para la medicina oriental  soluciona todos los problemas), hay que tomarla en invierno más oscura (yang, calienta) y en verano mas clara (yin, enfría). ¿Más? Por la mañana, toca despertar el organismo con calor, de ahí que haya calado tan bien la moda de tomar agua caliente con limón y jengibre en ayunas (aunque como el limón es yin en invierno hay que poner solo unas gotitas). Otros ejemplos: las “itis” (gastritis, bronquitis…) son inflamaciones (fuego), y conviene  darles alimentos yin para refrescarlas. Y hay alimentos neutros que se pueden tomar todo el año como son los de color naranja: calabaza, zanahoria, papaya…

Los alimentos tienen efectos. ¿Un producto para sacar el frío del cuerpo en invierno? Tomar guisantes de wasabi, que calientan, nos hacen sudar, abren los poros del organismo y lo limpian. Durante los días de la menstruación, comer alimentos rojos (remolacha, judias pintas…) porque reponen la sangre perdida, y con ello recuperaremos la energía, la memoria, e incluso el pelo (si no hay sangre que los nutra, se debilita). Etcétera, etcétera, etcétera…

– No gastar lo que no se tiene. Si tenemos poca energía, no nos machaquemos 3 horas en un gimnasio por la obsesión de adelgazar, porque el agotamiento, entre otras cosas, hace retener líquidos.

– No obsesionarse con la celulitis. ¿Sabíais que puede estar conectada a las emociones? Cuando consigues que te deje de preocupar, el cuerpo deja de generarla (o genera menos). Y lo mismo sucede con el peso. Pesarse todos los días es negativo, porque las obsesiones bloquean el organismo, y pueden incluso hacernos engordar.

 

 

 

Blanca, que es la happy del tándem ( “enciende luces de consciencia y alegría allí por donde pasa”, como ella misma dice) y  una experta en el estudio del comportamiento humano, se centró en sacar la mejor versión de cada una de nosotras, ofreciéndonos las “llaves” para que vivamos nuestra vida con nuestro propia forma de andar el camino, no con la del de al lado.

– El primer paso es detectar qué está bien, y qué hay que cambiar. Y mirar en nuestro interior, que no es fácil.

– Cada día, dar un pasito hacia esa transformación de nuestras vidas, en equilibrio y armonía.

–  Se puede cambiar el rumbo tantas veces como nos haga falta, sin oponer resistencia.

– Hay que experimentar y sentir la vida con todos sus momentos y emociones sin salir corriendo.

– Imprescindible arrancar las raíces malas (el subconsciente) de nuestro jardín, porque sino no florece.

 

 

– Y lo más importante, elegir siempre el Amor (empezando por el de una misma) por encima de todas las cosas.

 

Pero las lecciones no acabaron en la sala acristalada donde pasamos la mañana. Durante el almuerzo saludable que nos preparó Rodrigo de la Calle, el Chef al frente del restaurante El Invernadero (galardonado con una estrella Michelín y dos soles de la guía Repsol), seguimos aprendiendo.

 

 

 

El menú lo habían diseñado juntos este cocinero – conocido como “el padre de la gastrobotánica” (y toda una referencia gastronómica y científica en investigación y el desarrollo en el mundo vegetal- y Mercedes, basándose en los principios energéticos y nutricionales de la medicina tradicional china, y todos los platos, además de estar buenísimos, era “medicamentos”.  Os dejo dos ejemplos:

– Quinoto con Brócoli

El quinoto (o naranjita de la China) tiene un sabor dulce-ácido, es rico en vitamina C y antioxidante, expectorante, antiinflamatorio y tranquilizante. Armoniza el digestivo y evita gases y la distensión abdominal. Tomado en infusión es calmante y es buena para la retención de líquidos.

El brócoli es de naturaleza térmica enfriadora(yin) y se utiliza para problemas de ardor de estómago. Al ser rico en azufre, depura el hígado y evita el hipotiroidismo porque interrumpe la capacidad del cuerpo para utilizar el yodo. También tiene vitaminas C y B y hierro, y actúa sobre la vista.

 

 

– Postre de lentejas con canela.

Las lentejas son neutras, ricas en proteínas, tienen propiedades diuréticas, y aumentan la vitalidad porque nutren el riñón.

La canela es de naturaleza templada-caliente (yang), y calienta el estómago, favorece la circulación de la sangre y calma el dolor porque nueve el Qi (energía). También elimina gases y es buena para el dolor menstrual porque mueve sangre, pero hay que evitarla si se tienen sofocos.

 

 

Después de comer, un paseo por los jardines, de donde este Chef toma algunos de los ingredientes de sus platos, y vuelta a a casa rebosante de energía positiva, y con la agenda repleta de recursos para sentirme más segura cuando flaquea mi autoestima y para llenarme de vitalidad en los días bajos. Me llevé las claves para subir cuando bajo, y bajar cuando me he pasado con la subida. Y sobre todo, para saber gestionar esa montaña rusa que es muchas veces la vida.

Y en mi corazón he grabado esta frase para siempre: “Unas personas persiguen la felicidad, otras la crean”.

Si queréis aprender a gestionar vuestros miedos y a controlar vuestra mente poniéndola al servicio de vuestra felicidad, el próximo retiro será de dos días, 28 y 29 de marzo, con un número máximo de 14 mujeres (solo hay 7 cuartos).

 

 

PRECIO: Desde 550€ a 644€, por persona (en función de la categoría de la habitación, y si es de uso individual o compartida). Las reservas se pueden hacer desde la web (www.latorreboxarthotel.es) o por teléfono: +34 918 558 558 / 610 136 703.

 

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