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La magia del Sistema Coravin

La magia del Sistema Coravin
Maira Álvarez el

Más que con cualquier otra bebida, la gente desarrolla una relación personal y emocional con el vino; hay gente de blancos, de tinto, de Rioja y de Verdejo y mantienen esa fidelidad a lo largo de toda su vida. Sin embargo, es verdad que a veces comprar una botella para servir en una comida o cena se convierte en un verdadero quebradero de cabeza: ¿cómo maridar ese vino carísimo con los platos? ¿Qué hacer con el vino que sobra si solo una persona bebe de esa botella? ¿Cómo no desairar a ese invitado que nos regala una botella porque quiere que la probemos en la cena?…

 

O querer servirse una copa pero no hacerlo porque sabían que no se iban a terminar la botella y el vino se acabaría echando a perder. Imagino que muchos de ustedes habrán vivido estas situaciones y estoy convencida que muchos de ustedes ya conocerán el Sistema Coravin para servir vino sin descorchar la botella, protegiendo así al líquido de la oxidación.

Este aparato permite acceder al vino sin necesidad de comprometerse con toda la botella, así que se acabó la obligación de quedarse atrapado con el mismo vino durante toda una comida.

Fechas en las que se ha tomado el vino de esta botella (IG de Coravin)

El Sistema Coravin es un accesorio que utiliza una aguja de calidad médica de acero inoxidable. Esta agua atraviesa el corcho sin dañarlo, permitiendo escanciar el vino y servir las copas que sean necesarias. Una vez dentro de la botella, el sistema introduce un gas neutro (argón) que no altera las propiedades organolépticas del vino y presuriza la botella. Al retirar la aguja, el corcho se vuelve a sellar y sigue protegiendo al vino, ya que éste no entra nunca en contacto con el oxígeno.
El vino restante de una botella seguirá envejeciendo naturalmente, con lo que se puede seguir degustando después de meses o incluso años. Cuando se almacena correctamente, el vino degustado no podrá distinguirse del de una botella sin abrir.

Este sistema no funciona ni con vinos espumosos ni con corchos sintéticos, ya que al no expandirse el agujero del tapón, el corcho no se sella y el vino se termina oxidando.

 

El fundador de Coravin, Greg Lambrecht, tuvo la idea de desarrollar este sistema mientras su mujer estuvo embarazada. Lambrecht, amante del vino, quiso seguir disfrutando de una o dos copas al volver del trabajo, pero como sólo bebía él, soñó con verter el vino de las botellas sin retirar el corcho para que este no se degradase. Han tenido que pasar diez años de pruebas hasta que el sueño se transformó en realidad.

 

Catering y restauración

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