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Duterte, “hijo de puta”

Maira Álvarez el
Duterte, en camisa, a su llegada a Laos

 

El respeto es un valor fundamental para nuestra correcta convivencia en sociedad.  El respeto nos hace tener reconocimiento y consideración hacia los demás, tomando en cuenta sus intereses, condición y sentimientos. Saber respetar a los demás es esencial, sobre todo cuando tenemos que tolerar nuestras diferencias en pos de vivir mejor en comunidad.

Se dice que la consideración a los demás empieza por nosotros mismos, así que se pueden sacar bastantes conclusiones del lamentable estallido que ha tenido esta semana el presidente de Filipinas Rodrigo Duterte.

Duterte, conocido en su país como “el castigador” es famoso entre sus compatriotas por ser malhablado, tirano y arrogante. El presidente filipino está siendo muy vigilado a nivel mundial por su violenta lucha antidroga. Desde que asumió la presidencia a finales de junio, más de 2400 personas han muerto (presuntos drogadictos, traficantes…y una niña de 4 años que ha sido definida como “daño colateral”).

Barack Obama había manifestado plantear este asunto y la importancia por los derechos humanos en su reunión con Duterte, que se iba a celebrar este martes en Vientiane (Laos). Al ser preguntado por la prensa, Duterte se despachó diciendo “No me importa una mierda que nadie esté observando mi comportamiento” “hace mucho que dejamos de ser una colonia. ¿Quién es ese hombre? Mi único dueño es el pueblo filipino” “Hay que ser respetuoso. No se puede ir repartiendo preguntas y declaraciones. Hijo de puta. Le insultaré en ese foro”

 

Twitter de Duterte

 

Ese putang ina dicho en tagalo le ha costado al presidente filipino que el gobierno americano suspendiese la reunión y la reemplazase por otra con la presidenta surcoreana, Park Geun-hye.

“Evidentemente es una persona pintoresca”,  es la única declaración que ha dicho Obama. ¿Respeto por parte del presidente americano? ¿Inteligencia? ¿Prudencia?

Al enterarse que Obama había cancelado la reunión, el gobierno filipino se ha apresurado a emitir dos comunicados pidiendo disculpas y reiterando su deseo de mantener buenas relaciones con el pueblo americano. Duterte ha manifestado que “lamenta que sus declaraciones hayan causado tanta controversia”.

Fuente: infobae.com

 

 

Fuente: ellentordesillas.com

Esta no es la primera vez que el presidente filipino saca a pasear su expresión favorita. El año pasado, cuando el Papa Francisco visitó Filipinas, Duterte declaró: “Había tanto tráfico que me dieron ganas de decirle Papa, hijo de puta, lárgate a casa, no nos vuelvas a visitar”. Hay que recordar que el 80% de la población filipina es católica.

A los periodistas también ha dedicado esta lindeza “sólo porque seas periodista no significa que estés exento de ser asesinado si eres un hijo de puta” (manifestaciones de este pasado mes de mayo tras el asesinato de un reportero en Manila).

 

¿Hablar sin filtro denota imprudencia o valentía?

¿Hasta dónde llegarán las consecuencias de la falta de respeto de Duterte?

Lo peor es que si las hay, ya sabemos quiénes las van a pagar…

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