He encontrado este chiste por la red y quería compartirlo con vosotros. En el fondo, es más triste que gracioso. Ironiza con la imagen tan distorsionada que seguimos teniendo los españoles a la hora de utilizar nuestros símbolos patrios. Menos mal que el deporte suele ser el motor que aglutina el sentimiento de orgullo de pertenecer a España, pero… ¿a cuántos no les ha pasado lo que dice la viñeta?