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Blogs Pienso de que por Rafael Cerro Merinero

Poetas intensos

Poetas intensos
Rafael Cerro Merinero el

Las grandes lacras de los textos en Internet son el vicio del copia y pega, la vulgaridad y la intensidad. El primero es el achaque laboral por el que redactores con desidia fusilan lo que otro ha hecho, incluidos todos los defectos. Así nació en la prensa de Madrid la expresión accidente fortuito, una sandez absoluta porque todos los accidentes son precisamente casuales. Lo escribió el gabinete de comunicación de una clínica de Madrid, se extendió porque todos los medios copian lo que sirven precisamente gabinetes y agencias, y ahora es estupidez cotidiana. La segunda lacra de prensa y redes es la vulgaridad, que provoca que todo el mundo se sienta idéntico a los demás. Ser egregio, pero al revés: hombre masa. Así, cientos de miles de mujeres hispanoparlantes eligen Yomisma como apodo para las redes de ligue. Yomisma…unido a un número de orden para poder distinguirlas. La tercera enfermedad de lo escrito es la intensidad, que se manifiesta en todo su esplendor a través de la poesía, especialmente en Facebook. El Diccionario de la Academia la define como el grado de fuerza con el que algo físico se manifiesta, pero en la calle utilizamos mucho el término para referirnos a lo espiritual. En este plano, le llamamos intenso al tipo pesado, vehemente y poco menos que místico.

La poesía exige dones innatos y también tirar muchos folios a la papelera. Pero, como aquí todos servimos para todo, a los más intensos no les provoca rubor estar siempre publicando poemas vacíos cuando les entra el síndrome de Bécquer y levitan. Cada vez que le dan al botoncito de enviar, se desencadena un mecanismo terrible: veinte de los tres mil amigos (a los que no han visto jamás) celebran con grandes loas el texto excelso y los restantes guardan un silencio prudente. El autor se queda con los veinte encantados con él, que lo animan a continuar escribiendo. Quizá arrancase de la plaga de intensos la idea de poner un botón de no me gusta en Facebook, el lugar donde la decisión de hacer croquetas te legitima para castigar a los demás con seis entregas de texto y fotos. Las ideas casposas también se venden muy bien en este marco, pero lo más terrible es este fenómeno de poetastros de la caspa, que publican y levitan. La vida sería más hermosa si todos supiéramos estar en nuestro lugar. Redacté un poema para mi amada, antes de mandárselo consulté a un amigo que es buen escritor y me dijo “destruye esos ripios espantosos”. Los tiré a la papelera.

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